L a junta directiva de la Confederación Empresarial Castellonense (CEC) se reunió ayer bajo la presidencia de la comisión gestora elegida tras la dimisión de su presidente, José Roca, en un encuentro que sirvió para poner de manifiesto la voluntad de la organización de dar transparencia a la gestión, informar a sus miembros y perfilar las acciones. Estas pasan por aprobar las cuentas del 2015 una vez se conozcan las conclusiones de la correspondiente auditoría para, más adelante, poder aprobar un presupuesto que se presume muy restrictivo, según informaron fuentes de la confederación.

Sobre la mesa también se habló del preconcurso de acreedores en el que está inmersa la organización, que tiene apenas dos meses para resolverla y en la que están trabajando los servicios jurídicos de la entidad. El plazo para su resolución acaba el 31 de octubre.

DEUDAS Y CUOTAS // La exposición de las cuentas puso de manifiesto la elevada deuda que, en cuanto a cuotas, arrastran algunas de las asociaciones que --entre el 2014 y el 2015-- se calculan en unos 140.000 euros, cantidad bastante menor de la deuda contraída hasta el 2014, que se sitúa en torno a los 300.000 euros. La junta puso de manifiesto su determinación para reclamar estas partidas e, incluso, acudir a la vía legal correspondiente para su cobro.

Por otro lado, el presidente de la comisión gestora, Néstor Pascual, valoró la reunión de muy positiva “ya que se ha respondido a todo cuanto se ha planteado”. “Queremos dar voz a todo el mundo y apelar a la transparencia”, indicó el responsable del órgano directivo.

En cuanto a la situación de la plantilla, a la que se le debe tres nóminas, los intervinientes lamentaron la falta de un acuerdo que pueda clarificar la situación. En este sentido, según fuentes de la propia confederación, se pretende llegar a un acuerdo para la salida del que fuera secretario general de la CEC, Rafael Montero; o el directivo de la organización patronal José Antonio Espejo.

Finalmente, tras casi dos horas de reunión, se dio por concluida una sesión que el propio Néstor Pascual consideró “muy fructífera y cordial”. H