Están ahí y suceden. Los accidentes de tráfico por irrupciones en la calzada de animales salvajes, como los jabalís, suman más de un centenar al año en Castellón. Si, además, añadimos los percancers en carretera por todo tipo de fauna --silvestre y doméstica-- las cifras ascienden a más de 150 cada año, según los datos facilitados a Mediterráneo por la Jefatura Provincial de Tráfico.

En concreto, en lo que llevamos de año ya alcanzamos el centenar de siniestros por este motivo y en el 2015 se produjeron 157, de los que más de 80 fueron por fauna salvaje y, de estos, 77 eran ungulados silvestres. El año que más percances hubo por esta causa fue el 2013, con cerca de 200 en las carreteras de Castellón. Los choques al cruzarse perros o gatos en la vía, o de vacas y cabras, suman menos, pero han protagonizado siniestros relevantes, especificaron desde la Jefatura.

Según la Dirección General de Tráfico (DGT), ni hay más coches en circulación, ni los castellonenses conducen peor. La causa de que ocurran estos percances es que la población de jabalís se ha incrementado y se reproducen con facilidad en nuestros bosques. Así, se calcula que en la provincia de Castellón hay 60.000 individuos, pese a que anualmente se cazan hasta 20.000 ejemplares, tal y como desvelaron a este periódico fuentes de la Federación Provincial de Caza de Castellón.

La mayoría de víctimas de esta clase de accidentes solo presentan heridas leves (cervicalgia o lumbalgia), en parte debido a la seguridad que prestan hoy los turismos actuales. No obstante, las colisiones con animales en la carretera tienen un enorme impacto económico entre daños ocasionados en el coche, sobre todo en la carrocería o en las ruedas, así como los costes administrativos y de intervención y de gestiones. En total, un accidente de este tipo, indicaron desde la DGT, sale por unos 8.085 euros de media, lo que supone más de 1,2 millones de euros al año en la provincia.

Para evitar que los animales irrumpan en la calzada, los cotos están obligados a poner alambrada, como también los pastos donde viven vacas o caballos. La Generalitat y el Estado tienen en sus carreteras vallas perimetrales. H