No es para niños el centro de Castelló. Cada vez menos, como poco: es el único distrito de la ciudad que sufre un descenso significativo y continuado de población de menores de cinco años, según los datos más actualizados del Ayuntamiento de Castelló, relativos al año 2016. Los números reflejan que la ciudad había pasado de los 6.834 menores de cinco años del 2000, a los 7.892 del 2016. La dinámica en el centro es la opuesta (de 936 a 773) a la del resto de la capital, un hecho que, advierten los expertos, puede tener consecuencias de distinta índole en el corazón de la ciudad.

En la comparativa, a un lado está el distrito Centro y enfrente el Oeste y también el Grau. Javier Soriano, doctor en Geografía y profesor de la Universitat Jaume I, advierte de que el centro de Castelló «poco a poco va despoblándose y tiene las cifras más bajas de población de 0-4 años». Los motivos, o algunos de ellos: «La falta de dotaciones como centros comerciales o tiendas de barrio, el difícil aparcamiento y acceso en automóvil y el hecho de ser viviendas viejas».

Por lo general, el centro es territorio hostil para los niños. Ángel Pitarch, presidente del Colegio de Arquitectos de Castellón, comenta que estos datos son «el reflejo de lo que se percibe a simple vista». Habla de «espacios poco amigables para los niños a diferencia de otras zonas de la ciudad». Desde una perspectiva urbanística, una solución aplicada en otras ciudades como Barcelona en las últimas décadas, pasaría por «crear más plazas y espacios públicos que dieran aire a la ciudad». En esa línea se expresaron recientemente los expertos en urbanismo Miguel Corominas y Ricard Fayos en una charla en el Colegio de Arquitectos. Indicaron la conveniencia de «conservar al menos un 50% de las viviendas del centro para uso familiar», una medida «importante», con el fin de evitar la degradación de la convivencia en esta zona de la ciudad, y «mantener el control social».

Potencial // Por contra, en el Distrito Oeste, el del Raval Universitari, y como explica Soriano, «la atracción de parejas jóvenes con un potencial reproductor elevado acaba generando tasas de natalidad más altas que en el resto de la ciudad». Las razones de ese poder de atracción por el que ha pasado de 757 niños de 0-4 años en el año 2000 a los 1.741 del 2016, son «vivienda nueva con zonas comunes y buena accesibilidad». En cuanto al Grau, que también sube, como el Norte, apunta Soriano «un hecho diferencial». «Se trata de recolocación de familias ya maduras que buscan zonas menos densas y congestionadas y con mayor calidad de vivienda a un precio ligeramente inferior», explica el profesor.

Otros puntos // Por último, los distritos Sur y Este siguen estables en número de niños menores de cinco años, con unos 1.800 y 1.500 respectivamente. Javier Soriano destaca del distrito Sur, que mantiene buenas cifras de población infantil, que «son los barrios de mayor asentamiento de la inmigración», mientras que el Este «debería ir al alza en las próximas décadas en natalidad y población porque es la zona de mayor diversidad de tipos de vivienda», desde bloques a unifamiliares pasando por villas.

Cabe recordar que el Ayuntamiento lideró y aprobó, desde la concejalía de Bienestar Social e Infancia, el Primer plan municipal de infancia y adolescencia de Castelló de la Plana, que tiene como principal premisa incorporar las opiniones de los ciudadanos de menos de 18 años para caminar hacia una ciudad que contemple su perspectiva. Este compromiso del Ayuntamiento por incorporar la mirada de los niños y sus necesidades al diseño de la ciudad fue recompensado en el pasado año 2018 tras ser reconocida por Unicef como Ciudad Amiga de la Infancia y la Adolescencia.