La patronal azulejera Ascer asegura que la creación del Fondo Nacional para la Sostenibilidad del Sistema Eléctrico "torpedea" la competitividad de la industria cerámica española frente a otros países europeos y de fuera de la UE.

En estos momentos, con problemas de liquidez en las empresas y una gran incertidumbre, el impacto de la creación de este fondo será "inasumible" para un gran número de compañías y supondrá "un nuevo mazazo" en la factura energética de esta industria, afirma Ascer.

Según la asociación, el coste generado por la implementación del fondo en el quinquenio 2021-25 para el sector cerámico ascendería a 213,5 millones de euros adicionales, cifra que supone prácticamente "todo el beneficio anual del sector".

Un gran número de empresas no podrá trasladar este coste adicional al precio final y su competitividad se reducirá en un contexto en el que el sector presenta una cuenta de resultados "debilitada" debido a la crisis generada por la pandemia de coronavirus, añade.

A mediados de diciembre el Gobierno acordó iniciar la tramitación urgente de un anteproyecto de ley para crear un fondo con el que sacará de los costes fijos de la factura de la luz la financiación a las renovables -lo que abaratará el recibo al consumidor al menos un 13 % en cinco años- y que se nutrirá con aportaciones de los comercializadores de luz, gas y productos petrolíferos.

Considera que el reparto entre los sectores energéticos "desincentivaría la electrificación de la economía y la inversión en fuentes renovables, contrarios a los objetivos de descarbonización".

"Las obligaciones de las aportaciones al fondo recaen sobre las comercializadoras de sectores energéticos, y el coste acabará siendo repercutido a los consumidores finales", explica.

Ascer ha presentado alegaciones al anteproyecto ante "una nueva falta de sensibilidad del Gobierno por la industria, el único eslabón de la economía que hoy por hoy está garantizando empleo estable y de calidad y que está soportando en buena medida la economía española en este contexto de crisis sanitaria y económica".

Las alegaciones de la patronal se orientan a evitar que sectores que no tienen una alternativa al uso de gas natural, y que compiten en mercados internacionales, no se vean perjudicados por la creación del fondo.

Indica que el fondo implica un sobrecoste para el sector "sin ofrecer nada a cambio", con "un deficiente estado de las redes y el excesivo coste de la energía" frente a sus competidores, así como que "se hostiga" a la industria para que abandone el consumo de gas en un plazo "nada realista" y sin ofrecer "alternativas técnicas viables".

Ascer recuerda que el sector ha reducido sus emisiones un 50% en los últimos 30 años y es líder en eficiencia energética en sus procesos, pero es necesario tener "un horizonte técnico y competitivo claro" para la transición, y señala que hoy por hoy no hay alternativa energética al gas natural que garantice la viabilidad técnica y sea competitiva.

"Forzar al sector a esa transición en el estado actual significa empujarlo a su destrucción y con él, los 60.000 empleos que dependen de él", concluye.