Por mucho que el 75% de la producción azulejera se venda en el extranjero, el 25% restante sigue convirtiendo el mercado español en el principal destino de las baldosas fabricadas en Castellón. Y si el sector cerámico crece, lo hace, en buena medida, gracias a una demanda que va al alza y que permitió vender durante el 2018 por valor de 870 millones de euros, lo que supuso un crecimiento del 7,5% con respecto al año anterior. El presidente de Ascer, Vicente Nomdedeu, explicó que el primer trimestre del ejercicio actual ese incremento se mantuvo y que confían que la tendencia no cambie a corto plazo.

Nomdedeu concretó que la economía española mantiene crecimientos de entre el 2 y el 3%, a diferencia de lo que ha ocurrido en otros países del entorno como Italia, donde el PIB incluso decrece, o en Francia, donde apenas sube. «Pensamos que el modelo económico español no está agotado y que si no hay cambios bruscos y se mantiene la inercia puede aguantar hasta mediados del 2020 e incluso hasta el 2021», apuntó el dirigente patronal en la capital.

Esto permitiría rozar o incluso superar los 1.000 millones de ingresos procedentes de las ventas en España, que cayeron en picado con la crisis y que en el 2014 eran de solo 574 millones de euros.

Eso sí, Nomdedeu afirmó que el comportamiento de la economía española dependerá de las medidas que tome el Gobierno, que confía se ponga a trabajar «cuanto antes», como el valenciano. El máximo responsable de Ascer advirtió de que cuestiones como las subidas de impuestos, el encarecimiento de la energía, una transición ecológica demasiado rápida o la derogación de la reforma laboral perjudicarían a la industria. Además, pidió al Ejecutivo estatal un plan que tenga como objetivo que la industria llegue al 20% del PIB, como ocurre en Europa.