La crisis se ceba contra otra producción ganadera en Castellón. Primero fue el conejo y ahora quien ha caído en desgracia es el porcino, un sector clave en la provincia que mueve cada año más de 130 millones de euros. La carne de cerdo lleva 20 semanas consecutivas a la baja y lo peor es que se estima que no será hasta finales de abril o principios de mayo cuando la situación mejore. Un desplome de precios que obedece a dos factores: el aumento de oferta y el freno de la demanda.

Tras años con precios que al menos daban para vivir (la última crisis en el sector se vivió en el 2009), hoy la carne de cerdo cotiza a 0,948 euros el kilo, cuando el coste de producción se sitúa en 1,11. “Los números han ido a la baja desde mitad del 2015 y estima que en estos momentos el ganadero puede perder hasta 20 euros por cerdo cargado”, apunta Sergi Puchol, responsable del sectorial del porcino de la Unió de Llauradors i Ramaders.

En Castellón la caída de los precios se nota más y lo hace porque la provincia es líder en la Comunitat. El porcino es el segundo sector ganadero en importancia (solo le supera el avícola) y cuenta con 56.000 plazas de engorde. De las 480 explotaciones salen cada año 1,2 millones de cerdos.

Quienes peor lo están pasando son los ganaderos que van por libre. “A ellos el descenso de los precios les está afectando directamente ya que todavía reciben menos de lo que marca la lonja”, explica Francis Ferrreres, técnico de la Unió de Llauradors. Los que trabajan para una empresa integradora aguantan mejor, pero todo hace pensar a que en las próximas semanas sus ganancias también irán cuesta abajo.

AUMENTO DE LA PRODUCCIÓN // Hay crisis de precios porque en los últimos años ha habido un aumento de producción que no se ha correspondido con un alza de la demanda. La ha habido en Castellón, donde la Unió estima que se ha ganado 20.000 nuevas plazas de engorde desde el 2012 y también en el conjunto del país, donde solo en la primera mitad del 2015 la producción aumentó un 9,14%. “Este aumento de producción se compensó porque Estados Unidos tuvo un problema sanitario y la carne europea ganó terreno en mercados como China o Japón. Hoy Estados Unidos se ha recuperado y no hay mercados para todos”, resume Ferreres.

No hay mercado para tanta carne y a ello ha contribuido también el veto ruso. España exportaba un 10% del total de su producción a Rusia y tras el cierre de las fronteras esa mercancía ha sido imposible de recolocar. “Sería importantísimo acabar con el veto y volver a exportar a Rusia, ya que el sector encontraría una salida a ese excedente de producción”, describe el responsable de la sectorial del porcino de la Unió.

Recuperar el mercado ruso es importante como también lo es incentivar el consumo. “Son necesarias más campañas de promoción para que el consumidor sepa de las ventajas de consumir carne de cerdo, como también lo son ayudas a las exportación a otros países”, coinciden los responsables de la organización agraria. Y entre esos países destaca China, territorio donde los envíos han crecido un 12% los envíos en el último año.

Mientras llegan esas soluciones, el sector ha optado por congelar carne. Lo hace ya desde el pasado 4 de enero, cuando la Unión Europea permitió congelar la carne sobrante para poder comercializarla en un período de tres o cuatro meses. “La medida, de momento, no está teniendo los efectos esperados, ya que no se está consiguiendo que los precios repunten”, avisa Ferreres. H