Hace 50 años que, con mi familia, nos incorporamos durante el verano a los acostumbrados veraneos de Benicàssim, en los apartamentos Arenal que habían creado un grupo de muy destacados personajes de Castellón. Casi coincidió con nosotros la llegada de la familia del prestigioso catedrático de oftalmología don Manuel Cervera Alpera, que llegó desde Valencia con sus hijos y, claro, su esposa Amparo Taulet Casanova, que fue elegida en 1954 como fallera mayor de Valencia y ejerció como tal en 1955. Amparo, muy conocida como Pabo, nos iba contando hermosas historias de aquella experiencia en el jardín de los propios apartamentos. Pabo era un personaje singular, que siempre nos habló muy bien del alcalde que la eligió y comunicó, el que fue alcalde de Valencia y magistrado en ejercicio don Baltasar Rull Vilar, que había nacido en Onda y ejercido como prestigioso juez en Castellón.

De todas maneras, no hace demasiado tiempo que fui paciente de una sencilla operación quirúrgica de cataratas en Valencia y mis dos operadores --quisieron ser los dos-- fueron Enrique Cervera Taulet y su joven esposa también especialista en el cuidado de los ojos, Clara Torralba Rull, precisamente nieta de don Baltasar Rull. Recuerdo que fue suficiente la anestesia local y tumbado en la camilla de operaciones, rogué a Quique y a Clara que mientras trajinaban con mis ojos me contaran en voz baja, suavemente para adormilarme, la historia del abuelo Baltasar Rull, el ilustre personaje nacido en Onda.

BALTASAR RULL. Con el título de Noticiario histórico, Baltasar Rull publicó en 1943 un libro que limpiaba, según él, de oscuridades todo lo dicho anteriormente y que recogía con claridad la evolución de Onda, desde sus orígenes históricos que los sitúa en el periodo ibérico, pasando por un tiempo de gran esplendor en la época romana, invasión y periodo árabe, posterior conquista del Cid, reinvasión árabe a la muerte de Rodrigo Díaz de Vivar y conquista final por las tropas de Jaime I, con el otorgamiento de la Carta Puebla en 1248 y cesión de Onda al Duque de Villahermosa, prestigioso entonces.

Es la descripción minuciosa que Rull ofrece a su pueblo centuria a centuria hasta que en 1943 en que fue nombrado Cronista Oficial de la Ciudad y, un año más tarde, Hijo Meritísimo de Onda. Tan vinculado, pues, a la población azulejera, los Rull pasaban sus veranos en su finca de la Sarratella. La hija, María Pilar, que ya había sido fallera mayor Infantil de Valencia fue reina de las fiestas ondenses y el ayuntamiento rotuló como Baltasar Rull, un grupo escolar muy notable de reciente construcción.

LA VIDA. Baltasar Rull nació en la plaza de Isaac Peral de Onda, el 9 de octubre de 1901, hijo de Francisco Rull Pradells y Vicenta María Vilar Domingo. Trabajaron en una afamada pastelería de Valencia y, al casarse, ya se establecieron en Onda además, con un cuñado de él en la dirección de una notable fábrica azulejera. El chico, Baltasar, estudió con el popular maestro Caballero, con calle a su nombre en la población. Y, a continuación, estudió y se licenció en Derecho en Valencia. Convertido pronto en juez, tuvo su primer destino en Mora de Rubielos. Bien parecido y con una aureola profesional tan brillante, se vio rodeado de las muchachas del lugar. Y se casó con una de ellas, la que se encontraba más atractiva, Clara Gómez-Ferrer Tagüe, hija del entonces prestigioso doctor Ramón Gómez Ferrer. Tuvieron cinco hijos, Ramón, María Vicenta, Clara María, María Pilar y Baltasar. Y entre los numerosos nietos, Clara Torralba fue la oftalmóloga que me operó de cataratas, con los Cervera, junto a Quique.

En su ritmo profesional y ciudadano, Baltasar Rull tiene una calle a su nombre en Betxí y ejerció como juez en Chelva, Segorbe, Almería, Alzira y Castellón, siendo nombrado Hijo Adoptivo en algunas de estas ciudades. Y fue muy protagonista en Castellón como delegado provincial de Justicia y Derecho.

MAGISTRADO. En 1945 se le promovió a Magistrado de la Audiencia y lo fue de Barcelona, Valencia y Cáceres. Hasta el 14 de junio de 1951, fecha en la que tomó posesión como alcalde de Valencia. En su tiempo, tuvo lugar aquel suceso del atraco en el puerto valenciano de una flota americana de tanto eco entonces, encabezada por el portaviones Franklin D. Roosevelt, consecuencia de los convenios económicos firmados con Estados Unidos. También por entonces se otorgó el título de Alcaldesa Honoraria de Valencia a la Virgen de los Desamparados y, además de los grandes proyectos urbanísticos como el que tuvo protagonismo la Dehesa del Saler, el Museo de Cultura y el rescate para usos ciudadanos del edificio carcelario de San Miguel de los Reyes, y de modo especial, el nombramiento de Amparo Taulet como fallera mayor de Valencia. Y el también nombramiento como presidente de la Junta Central Fallera al ilustre castellonense, muy popular, don Clemente Cerdá.

Lo cierto es que Baltasar Rull reanudó su carrera judicial y fue nombrado magistrado del Tribunal Supremo, fue profesor de la Escuela Judicial y miembro de la Academia de Jurisprudencia. Y en Castellón también fue nombrado procurador en Cortes.

ARENA. Gustaba Rull escribir y decir que Onda significa arena, fondo, terrenos próximos al mar, muletilla que empleaba en sus discursos. Y entre sus muchos libros publicados, destaca el titulado El proceso de Jesús visto por un juez, muy considerado.