Cevisama cerró ayer sus puertas con un nuevo récord de público. A falta del balance definitivo, el presidente de la feria, Manuel Rubert, afirma que las previsiones apuntan a un «ligero aumento» de los visitantes con respecto al año pasado, cuando el certamen valenciano recibió a 94.000 personas, de las cuales 17.000 eran extranjeras. Con estos datos, la cita se quedará cerca de rebasar la cifra mágica de 100.000 visitas e incluso podría rebasarla, según la organización.

Estas cifras, subraya Rubert, suponen un éxito porque «este año no participaba el sector de la maquinaria cerámica, que atrae a sus propios visitantes, pero sobre todo porque el perfil del público, que es lo que más interesa al fabricante, ha sido excepcional». En este sentido, señala que en la feria participaron grandes distribuidores, compradores de potencial con poder de decisión y de compra, y prescriptores, arquitectos, interioristas y promotores de grandes proyectos».

Junto a las cifras de asistencia, el presidente de Cevisama y empresario azulejero también destaca el «salto de calidad que han dado este años las empresas castellonenses, tanto azulejeras como de fritas y esmaltes, a nivel expositivo y de diseño de los estands».

PABELLÓN CONTRACT // Otra de las buenas noticias para la organización del certamen internacional es el buen resultado del pabellón 6, dedicado específicamente a ese canal contract que se ha convertido en el gran reto de las compañías porque abre el radio de acción de la cerámica a proyectos de alto valor añadido en los que las baldosas tienen cabida en casi cualquier espacio de la casa, incluyendo el mobiliario. Rubert asegura que esa zona «ha sorprendido por su buen funcionamiento, por lo que las empresas que tenían estands han manifestado su voluntad de repetir, al tiempo que otras han hecho público su interés por disponer de uno propio el año próximo».

La afluencia de público se concentró sobre todo en los tres días centrales, lo que provocó que hubiera voces en el sector que apostaran por volver al formato de cuatro jornadas. Pese a ello, la nota que los empresarios ponen al certamen se sitúa en el notable alto, al valorar mucho el esfuerzo hecho por el Consell, Ascer y la feria para traer a más profesionales norteamericanos.

También el mercado europeo funcionó bien, así como el del norte de África. Si hubo una delegación que pinchó fue la asiática, entre otras cuestiones por la coincidencia con el año nuevo chino, aunque varias firmas aseguran haber recibido a los clientes orientales que esperaban.