Crece la polémica en torno a la recuperación del espectáculo-cómico taurino, conocido como charlotada, para las próximas fiestas de Castelló. Ayer, los tres partidos que forman el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Castelló se desmarcaron del acto, que calificaron de «denigrante». El consistorio recuerda además que el evento tiene un organizador privado, se realiza en la plaza de Toros (también privada) y no tiene subvención pública.

Como publicó Mediterráneo hace una semana, Castelló recuperará la charlotada, un género muy popular hace décadas, y que había dejado de celebrarse ante el empuje de otros eventos como los espectáculos de recortes y los festejos populares. Sin embargo, este año está programada de nuevo una charlotada, en concreto el sábado 21 de marzo en horario matinal. Este formato está envuelto, de un tiempo a esta parte, por la polémica. Tanto PSPV como Compromís y Podem consideran que «denigra» a las personas con enanismo.

COMPETENCIAS

Además, Omar Braina, el portavoz del grupo municipal socialista, apunta que el Ayuntamiento carece de competencias para prohibir este tipo de espectáculos. «Corresponden a la Generalitat», dice Braina, «algo que suponemos que saben todos los representantes públicos, especialmente los de la Generalitat». Cabe apuntar que el martes, el secretario autonómico de Empleo Enric Nomdedéu, de Compromís, pidió al Ayuntamiento que encontrara amparo en la ley para impedir la charlotada.

Braina, asimismo, indica que el PSPV reprueba la organización de actividades que «puedan denigrar o menoscabar la dignidad de personas con discapacidad o que resulten discriminatorias para cualquier colectivo».

Fuentes de Compromís en Castelló, por su parte, se remiten y comparten la postura del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI), que considera que «este tipo de actos denigran a las personas con acondroplasia». Más allá va Fernando Navarro, de Podem-EUPV, que además de sumarse a la fundación ALPE Acondroplasia, que pide la derogación de la normativa estatal que regula el torero cómico, insta «al organizador a que retire el espectáculo».