Los usuarios del tren de Cercanías entre Valencia y Castellón vivieron ayer su enésimo calvario. Una nueva avería, en este caso en los sistemas de información, obligó a detenerse completamente a los convoyes desde las siete de la mañana, generando un colapso que llegó a afectar a cientos de pasajeros en plena hora punta del servicio. Al final, el bloqueo, y consiguiente embotellamiento de casi cuatro horas, terminó afectando a 10 trenes --3 de larga distancia y 7 de Cercanías--, en una jornada que volvió a enervar a los pasajeros, muchos de los cuales volvieron a llegar tarde a sus centros de trabajo o estudios, mientras que otros optaron por descender del tren en las estaciones de Burriana o Moncofa, donde estuvieron bloqueados, para buscar un medio de transporte propio alternativo.

El caos comenzó a las 7 de la mañana. Según informaron fuentes de Renfe a Mediterráneo, “un fallo en el sistema de comunicación” de la línea impidió la circulación de los trenes, una avería que no pudo ser subsanada hasta pasadas las 10.23 horas: “En total han sido 10 trenes los afectados”. Solo en el caso de los de larga distancia hubo “entre 300 y 400 pasajeros” afectados, a los que se deben sumar casi otro millar de los siete Cercanías. Desde Renfe lamentaron “la demora” aunque remarcaron que fue una “avería de infraestructura”, y por tanto, “ajena” a su responsabilidad.

Por su parte, desde Adif, la empresa dependiente del Ministerio de Fomento que es responsable de las problemáticas obras del tercer carril del Corredor que permitirán la adaptación de la vía para la llegada del AVE a Castellón --aún sin fecha oficial de llegada--, subrayaron que la parada se debió que “la obra del tercer carril”, que ahora mismo se centra en “el tramo entre Almenara y Burriana”, ha generado una “avería en el tema de las señales” desde “Massalfassar a Moncofa”.

Desde Adif también volvieron a “lamentar las molestias” pero defendieron la complejidad de los trabajos y que “los problemas no se dan todos los días”.

La realidad es que ahora mismo, entre Burriana y Almenara, solo hay una vía para la circulación de los trenes, un cuello de botella que compagina paso de convoyes y obras, y que está generando múltiples molestias. H