La ley de la oferta y la demanda afecta a todos los sectores. La la crisis sanitaria del coronavirus ha dado buena cuenta de ello. Si los primeros precios en dispararse fueron los de las mascarillas y geles hidroalcohólicos (ahora controlados por el Gobierno en España), el mercado de la droga también es cambiante ante las circunstancias derivadas del estado de alarma y la pandemia.

Según han confirmado a Mediterráneo fuentes policiales, el precio del hachís al menudeo se ha duplicado en Castellón. Uno de los principales motivos hay que buscarlo, según los investigadores, en el cierre de fronteras de Marruecos, de donde sale gran parte del que llega a Europa. Otra de las causas es la restricción de movimientos, que impide a las organizaciones mover el costo de forma discreta. «Las guarderías (instalaciones usadas como almacén) están llenas porque en estos momentos la circulación por carretera es muy reducida y la presión policial y los controles elevados», aseveran.

En la calle el hachís se vende a unos diez o 15 euros la postura --pequeñas porciones que los camellos cortan de tabletas para su venta a los consumidores--, pero ahora la misma cantidad --cinco o diez gramos-- está ya en 20 o 30 euros, según las mismas fuentes.

COCAÍNA

Por lo que respecta al narcotráfico de cocaína a gran escala, que llega desde Centroamérica y Sudamérica, también se enfrenta ahora a muchas dificultades para abrirse paso en Europa a causa de la crisis del covid-19.

Policías especializados explican que en estos momentos llegan fardos de cocaína a puertos españoles que nadie llega a recoger. De igual modo que sucede con el hachís, el confinamiento ha vaciado las calles, ha detenido gran parte de la actividad económica y el control policial hace imposible mover la droga sin ser descubiertos.

Respecto al precio y a la pureza de la cocaína, en Castellón se ha detectado que esta droga está más adulterada (mezclada con medicamentos) y un ligero encarecimiento, aunque no comparable con la subida del hachís.

‘TELECOCA’

Por lo que respecta a la adquisición para consumo propio, las autoridades alertan de que el servicio de tele-coca continúa en funcionamiento en la provincia y vigilan los desplazamientos para detectar a los traficantes. Este es el modus operandi más utilizado en núcleos urbanos y consiste en hacer los pedidos por vía telefónica y que un camello la lleve hasta el domicilio del consumidor (generalmente en moto) la sustancia adquirida.

ÉXTASIS, A LA BAJA

Los agentes sí detectan un importante descenso en Castellón tanto en el tráfico, como en el consumo de las denominadas drogas sintéticas. «Sustancias que se consumen de fiesta, tales como el éxtasis, han caído de forma importante, como es lógico, debido al parón del ocio nocturno. En cambio, hay mercados como el de la marihuana que siguen muy activos en la provincia y hay mucha gente que planta algunos ejemplares en casa y cultiva el cannabis», argumentan policías especializados.