Las organizaciones empresariales de Castellón, Valencia y Alicante, y la confederación autonómica Cierval, firman la paz y se comprometen a resolver sus diferencias internas desde el consenso y el diálogo. El objetivo es poner orden y fin a meses de divisiones internas derivadas de la caída de ingresos, las acusaciones de falta de reacción por parte de las directivas territoriales a los problemas que arrastran económicos o jurídicos y al deseo de concentración de poder defendido por Valencia.

Este podría ser el resumen del comité ejecutivo que la Confederación de Organizaciones Empresariales de la Comunitat Valenciana (Cierval), conformada por la castellonense CEC, la valenciana CEV y la alicantina Coepa, celebraron ayer, y en el que analizaron “el informe jurídico y económico, encargado a una consultora independiente, para conocer con exactitud cuál es la situación de sus organizaciones territoriales en el ámbito económico y legal”.

El debate se zanjó con un comunicado redactado de forma abstracta. En él, se habla de que, ante “cualquiera de los escenarios posibles, se planteará una situación que, aunque complicada, siempre será solucionable a través de la adopción de medidas adecuadas”. Sin embargo, no se habla ni de cuáles son esos escenarios ni de las medidas a adoptar, ni tampoco se explica a qué dificultades se apuntan. Ni el presidente de la Confederación de Empresarios de Castellón (CEC), José Roca, ni el secretario general Rafael Montero, como tampoco desde Cierval, desvelaron nada más allá, aludiendo a un pacto de silencio sellado en clave interna.

Aun así, era público y notorio la presión ejercida desde Valencia para ganar peso en la asamblea de la confederación aprovechando la situación económica de la alicantina Coepa, en preconcurso de acreedores, y que la semana pasada costó el puesto a su presidente; y al proceso judicial que afecta al presidente y secretario de la CEC, en relación al pago de unos cursos de formación con recursos de la Generalitat.

Castellón y Alicante se oponían en bloque a la idea de la CEV y Cierval, entendiendo que eso supondría una pérdida de representación. Ahora, parece que esta autonomía territorial está fuera de toda duda. El comunicado recoge que “estas medidas deberán garantizar la existencia de unas organizaciones empresariales territoriales sólidas y unidas, cimentadas en una Cierval representativa y estable”. CEC analizará el acuerdo próximamente. H