El día que Lourdes Sánchez, de 45 años, recibió una llamada para volver a trabajar como peluquera en Castellón no se lo pensó dos veces. Llevaba ocho años dedicada exclusivamente a las labores del hogar, el concepto que utiliza la encuesta de población activa (EPA) para referirse a las amas de casa (ellas son mayoría) en situación de inactividad, es decir, que no tienen empleo ni lo buscan. Este colectivo ha menguado progresivamente desde finales de la década de los setenta, cuando en Castellón se contabilizaban más de 80.000 amas de casa, y lo ha hecho por la progresiva incorporación de la mujer al mercado de trabajo. Pero ha sido en la última década cuando el proceso se ha acelerado todavía más. De hecho, desde el 2008 y hasta la actualidad casi 11.000 amas de casa de la provincia se han incorporado al mercado laboral.

Que dedicarse solo al cuidado de los hijos y al trabajo doméstico es cada vez menos habitual en Castellón es algo que demuestran los datos de la EPA recogidos por el Instituto Valenciano de Estadística (IVE). Al cierre del pasado mes de junio se contabilizaban en la provincia 39.600 mujeres dedicadas a los trabajos en el hogar, el mínimo histórico. Son un 10% inferior a un año antes y casi 20.000 menos que a principios del milenio, cuando se alcanzó la cifra de 59.500.

Pero, ¿cómo son las mujeres de Castellón que trabajan en el hogar? Algo más de la mitad tiene entre 45 y 55 años y la mayoría están casadas. Por lo que se refiere al nivel de formación, el 48% ha superado la primera etapa de Educación Secundaria. No obstante, entre quienes trabajan solo en el hogar hay un millar de féminas con un título superior.

CASO CONTRARIO

Lo curioso de las cifras es que mientras el número de amas de casa ha ido claramente a menos, el hombre juega un papel absolutamente diferente en este fenómeno derivado de la coyuntura. De hecho, los varones dedicados exclusivamente a labores del hogar son 5.400 en Castellón, 1.800 más que en el 2008 y cinco veces más que hace casi 20 años. Para los sindicatos y las empresas de trabajo temporal (ETT), el hecho de que cada vez haya menos amas de casa es consecuencia directa de las dificultades económicas que en los últimos años han atravesado los hogares. «La realidad laboral se ha transformado radicalmente, hasta el punto de que muchos mayores de 45 años han salido a la calle en busca de una primera oportunidad laboral. La mayoría han sido mujeres, que han ido a buscar su primer empleo, principalmente para ayudar a una economía doméstica resentida», explican desde la Fundación Adecco y aseguran que solo el pasado año hasta 36.000 mujeres españolas que nunca habían trabajado se sumaron a la búsqueda activa de una colocación.