La curva de las pensiones siempre ha ido al alza en Castellón. Año tras año, la estadística que registra el número de prestaciones de jubilación, viudedad o incapacidad permanente crecía sin parar y lo hacía a la misma velocidad con la que aumentaba el envejecimiento de la población. Hasta que llegó la crisis del coronavirus y lo puso todo patas arriba. Tanto que, por primera vez en la historia, la gráfica que refleja el número de perceptores de una pensión ha retrocedido en la provincia. Y la principal causa que explica ese cambio de tendencia tiene que ver con el colapso que sufre la Seguridad Social y que está provocando demoras de hasta cinco meses para cobrar la jubilación o la paga de viudedad.

Los últimos datos que maneja el Ministerio de Inclusión y Seguridad Social son contundentes. Entre febrero y agosto de este año se han dado de alta en Castellón 4.028 nuevos pensionistas (la mayoría, 2.045, es jubilada; aunque también hay 1.104 perceptores de una paga de viudedad) frente a los 4.327 que se registraron durante el mismo periodo del año pasado. O dicho de otra manera: el año del coronavirus está provocando un retroceso del 7% en el número de nuevos pensionistas.

Que la cifra de perceptores de una nueva pensión vaya a menos en Castellón se debe a una concatenación de factores, pero el más importante es el atasco que sufre la Seguridad Social. Una saturación que se explica por la falta de personal, el cierre de oficinas por el covid y la avalancha de solicitudes del Ingreso Mínimo Vital (IMV). Una tormenta perfecta que se ha traducido en demoras en la tramitación de altas de jubilación, viudedad o orfandad hasta el punto de que en la provincia hay personas, por ejemplo, que deben esperar entre tres y cinco meses para ver reconocido su derecho a una prestación de viudedad, mientras que antes de la crisis del coronavirus el trámite se resolvía en muy pocos días.

Emilio Llanos, responsable de la Federación de Servicios Públicos de UGT de Castellón, calcula que en una década la plantilla de la Seguridad Social en la provincia se ha reducido en más de un 25%. «Una cuarta parte de los efectivos se han jubilado y esas plazas no se han cubierto. Y los funcionarios que quedan no dan abasto. La mayoría de las oficinas están cerradas porque son demasiado pequeñas para atender presencialmente y cumplir todas las medidas de seguridad y, además, tienen que dar salida a la gran cantidad de solicitudes para percibir el IMV. De hecho, en tres meses han recibido más solicitudes de prestación que en todo el 2019», explica.

La situación podría ir todavía a peor. «La media de edad de la plantilla de la Administración del Estado en Castellón oscila entre los 53 y los 64 años y eso significa que, de no aplicar medidas, la cifra de funcionarios seguirá bajando y el colapso se agravará», avisa Llanos.

Las altas de nuevos pensionistas retroceden y el hecho de que el coronavirus se esté cebando con las personas de más edad, explica también por qué el número total de beneficiarios de una paga de jubilación, viudedad o incapacidad ha caído por primera vez desde que hay registros. En estos momentos, en la provincia hay activas 132.491 pensiones, 80 menos que el pasado mes de febrero (132.571), cuando aún no se habían detectado casos de covid-19, una enfermedad que se ha cobrado la vida de 247 personas en Castellón, la mayoría jubilados.