Cisma en las fiestas de Castellón. La historia se repite y, tras el broche de oro a unas fiestas masivas, altamente participativas y con un mayor impacto económico de los últimos años, con el Vítol, se abrió un nuevo episodio de desavenencias entre el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Castellón, gobernado por PSPV y Compromís, y la Junta de Festes. ¿El motivo? El bipartito ha solicitado al presidente de la Junta, Juanvi Bellido, que dimita, aludiendo «la pérdida absoluta de confianza» después de que «gritara y faltara al respeto en público a la concejala de Fiestas y presidenta del Patronat, Sara Usó», un comportamiento «desconsiderado e irrespetuoso», que, denuncian, se ha comprobado «en reiteradas ocasiones desde su acceso al cargo», según un comunicado. Bellido lo niega todo, dice que no se va y que solo abandonará su cargo, «para el que fui elegido para hacer fiestas, no política», si se lo pide la «asamblea, soberana» que lo eligió.

Equipo de gobierno y Bellido han movido ya sus propias fichas en este nuevo tablero de juego: los unos preparan un informe de los 3 años de gestión para cesarle en el cargo por «faltas graves reiteradas», dejando el balón en el tejado del consejo rector; y el otro, busca apoyos, con una junta que amenaza bajas pero con una mayoría que cierra filas a su favor.

Martes por la noche, la gota que colma el vaso

El desencuentro es continuado desde el 2015, casi desde el minuto uno de su mandato. Atrás quedan la querella de una funcionaria del Patronat por «coacciones» y que le sentó en el banquillo en un caso del que fue absuelto, y en el que Usó declaró a favor de la trabajadora; o la acusación de un agujero contable, que se quedó en nada. No ha habido cierre de fiestas sin polémica. Y este 2018, la gota que ha colmado el vaso de una relación que parece enquistada se derramó el martes magdalenero por noche. En la plaza Mayor, antes de la gala de los premios de las gaiatas, y según un comunicado emitido por el equipo de gobierno, «gritara y faltara al respeto en público a Sara Usó en presencia de las cortes, varios familiares, y otras personas». «Es una actitud absolutamente inapropiada y poco digna en un representante de un órgano municipal tan relevante», señalan, calificando como «incidentes institucionales graves» los hechos, según el texto, que señala, además, «una dejación de funciones en fiestas».

Bellido: «Es mentira, y solo me iré si lo dice la asamblea»

Bellido lo niega, se enroca y lo dice alto y claro: «No voy a dimitir». «Estoy en el cargo para hacer fiestas, no política; y mi intención es terminar el mandato por el que me eligió la asamblea, que es soberana», dice. Considera que este es «un nuevo ataque», y «solo» se irá «si así lo dice la asamblea», que pide que se convoque. Bellido se defiende, y busca apoyos. «El equipo de gobierno se está moviendo, para cesarme por blanco o por negro, pero yo también, porque todo es mentira, sí hablamos acaloradamente, porque vamos a dos mil en fiestas, pero ni gritos ni insultos, ni dejación de funciones», dice. Y no descarta «sentarse a dialogar, pero con la alcaldesa», en un momento en el que la junta solo programa y no decide casi nada, sin capacidad de gestión económica o administrativa.

Un informe que se elevará al consell rector «de urgencia»

El equipo de gobierno está elaborando un informe recopilando los tres años de gestión personal del presidente de la Junta para abrirle un expediente sancionador, si procede, y cesarle en su cargo. Y lo hará a través del consell rector, órgano del Patronat que reúne a políticos --7-- y festeros --4--, presidido por Usó y en el que Bellido es miembro con voz pero sin voto. Es el órgano que tiene la «competencia sancionadora por las faltas que cometan los entes vinculados a las fiestas», y el que puede «hacer una propuesta de sanción», que, por falta grave podría ser «la revocación automática del cargo que ostente», señala el texto, sin especificar cómo se ejecuta ese procedimiento.

Si hay expediente o no lo decidirá el consell rector

El equipo de gobierno deja en manos del consell rector --que se reunirá esta semana, extraoficialmente puede que el jueves--, la decisión de abrir expediente disciplinario o no al presidente de la Junta. La portavoz, Verònica Ruiz, insiste en que lo que hicieron fue denunciar que «no haya falta de respeto». «Es competencia del consell rector», y espera que «resuelva este problema cuanto antes». «Se puede llegar a un punto de encuentro, pero solo si las dos personas quieren», dice. «Si hay falta grave o no ha de ser el consell quien lo dictamine», insiste. «No es una situación estimable para nadie», argumenta.

El ‘món de la festa’ apela a un entendimiento necesario

El món de la festa apela a «encontrar un entendimiento» entre Bellido y el bipartito. Y hay unanimidad. «Hay que acercar posturas, diálogo» entre Bellido y el equipo de gobierno. Unos señalan a la necesaria convocatoria de la asamblea, aunque no sea vinculante; otros, que el presidente de la Junta se haga a un lado, pero todos piden más diálogo, que es «muy necesario para el bien del desarrollo y gestión de los festejos» y para dejar a un lado el mal sabor de boca tras unas fiestas de 10. //