Es una de las quejas más generalizadas en las últimas semanas. Los centros de salud no cogen el teléfono cuando los pacientes llaman para pedir una cita. El servicio está colapsado debido a que ahora, en plena pandemia, es una obligación tener que llamar antes de acudir al ambulatorio para evitar aglomeraciones. Además, el objetivo es realizar la mayoría de la consultas por teléfono siempre y cuando la dolencia lo permita.

Una vez responden, el otro problema es la citación. En algunos, centros el médico de cabecera no llamará al pacientes hasta una semana después. Hay lista de espera y menos facultativos al ser verano.

El sindicato CSIF explica que hay dos problemas. El primero es la limitación en las líneas telefónicas, «ya que las centralitas tienen un número concreto de líneas y si se está comunicando no sale ese tono». El segundo es «la falta de auxiliares administrativos, dado que en vacaciones de verano prácticamente no se sustituyen». H