Los cítricos de Sudáfrica han comenzado ya a llegar a los lineales de los supermercados y lo hacen a precios que cuadruplican en algunos casos los importes a los que se vendieron los valencianos la pasada campaña. Lo denuncia la federación agraria FEPAC Asaja, que revela que mandarinas de la variedad clemenvilla se venden por encima de los cuatro euros el kilo y los pomelos rojos y blancos superan los tres euros.

Además, aseguran que, a menos que sea un error de etiquetado, nectarinas y ciruela roja de Sudáfrica también inundan las estanterías en plena campaña de la fruta de verano, en la que los agricultores perciben precios que no compensan los costes.

Esta organización señala que es un «auténtico despropósito» que, «después de una campaña ruinosa para los productores valencianos en la que muchos de ellos se han visto obligados a abandonar su explotación, se haya cuadruplicado la cifra que pagan los consumidores por estos productos cuando provienen de Sudáfrica y tienen condiciones socio-laborales peores que los que se producen en la Comunitat». Algo que, a su juicio, revela «la debilidad de la cadena alimentaria española y europea y que quien marca el precio no es el consumidor, sino la gran distribución, que usa y abusa al máximo de los agricultores valencianos».

Respecto a la campaña de frutales, los productores están vendiendo su cosecha a precios «ridículos», a pesar de que la fruta presenta este año una calidad «excelente» porque ha contado con las horas de frío necesarias para su correcto desarrollo, por lo que la entrada de nectarinas y ciruela roja de Sudáfrica en los lineales hundirá aún más si cabe a los productores valencianos.

Además, la organización advierte del riesgo fitosanitario que implica la entrada masiva de fruta de Sudáfrica y de la necesidad de controles exhaustivos debido a la presencia de plagas y enfermedades como la mancha negra que aún no están en Europa.