El sector agrícola y ganadero está en plena ebullición a nivel nacional, con protestas por toda España, una programada para el próximo día 14 en València, a la que acudirán representantes del sector de Castellón. Y tienen mucho de qué quejarse, ya que el principal producto agrícola de la provincia, la mandarina, es el que menos rentabilidad ofrece para los productores.

El principal motivo de denuncia del colectivo son las disfunciones que existen en la cadena alimentaria, puesto que la mayor parte del beneficio va para el intermediario y para el comercio. Según un estudio reciente realizado por la Unión de Uniones, con datos del Observatorio de la Cadena Alimentaria, el agricultor o ganadero recibe de media un 30% del producto. Un porcentaje que se desploma al 16% en el caso de los productores de naranja y un 12% para los de mandarina, fruta con las rentabilidades más bajas en este estudio.

Poco beneficio

«El agricultor percibe muy poco de todo el valor que se genera», explica Carles Peris, secretario general de la Unió de Llauradors, entidad que participará en la manifestación del día 14. Esto provoca que muchos agricultores abandonen la actividad campaña tras campaña, indica.

Desde la Unió añaden que la situación del productor se ha visto agravada por cuestiones internacionales políticas que «utilizan como moneda de cambio a la agricultura y la ganadería», como por ejemplo el acuerdo entre la Unión Europea y Mercosur, que inundará el mercado de naranja de Argentina y Brasil, o los convenios con otros países terceros como Sudáfrica, Marruecos o Túnez, entre otros.

La Unión de Uniones añade otra variable que juega en contra del sector, las grandes empresas, que absorben el mayor volumen de ventas y ante las que los agricultores tienen «nulo poder real de negociación».

De momento, movilizaciones al margen, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación se ha comprometido a reformar la ley sobre la cadena alimentaria este mismo año y que en el borrador de estudio se incluya el debate sobre la práctica de la venta a pérdidas (por debajo de costes de producción), una de las principales reclamaciones del sector