La Comisión Europea se lava las manos de la crisis citrícola que se vive en la provincia de Castellón y en la Comunitat y no ve razones para proteger de la competencia desleal de Sudáfrica al sector, al que culpa generar sus problemas, junto con la climatología.

Es, a priori, lo que la delegación valenciana se trajo este jueves del viaje para asistir al debate sobre esta cuestión celebrado ante la comisión de Agricultura del Parlamento comunitario y que fue encabezada por una consellera del ramo, Elena Cebrián, que dijo haber transmitido la petición de «sensibilidad» con esta actividad agraria, y contó con la presencia del secretario general de la Unió de Llauradors, el alqueriense Carles Peris, quien acumuló en el transcurso del día «indignación».

Desconocimiento alarmante

Peris valoró como «indignante, ni un simple atisbo de autocrítica, y con un alarmante desconocimiento de la realidad por parte de la Comisión Europea (CE)» la sesión que, añadió, parecía más «un diálogo de besugos pese a los esfuerzos de los eurodiputados españoles, que un debate serio y constructivo celebrado en el seno del Parlamento Europeo».

Desde la organización agraria informaron de que el representante de la CE afirmó que «han sido las condiciones internas de producción de las zonas citrícolas españolas, climatológicas o de organización comercial, entre otras», las que han causado problemas en la campaña actual con la bajada de precios.

Discrepancia

Sobre estos últimos aseguró que «no coinciden además con los que han facilitado las autoridades españolas», por lo que añadió que «no hay motivos» para pedir la cláusula de salvaguardia a las importaciones citrícolas de Sudáfrica porque «además no han aumentado significativamente» cuando, según la Unió, los datos oficiales de sus exportaciones a la UE «le contradicen y demuestran que han subido más de un 40% en solamente cinco años hasta alcanzar una cifra de más de 800.000 toneladas», como informó recientemente este periódico.

Por su parte, la consellera, mucho menos beligerante, trasladó al término de la jornada de reuniones la idea de la importancia de haber «entrado» en la agenda europea y poder informar «de primera mano» de la situación.

El papel de lobi

Aparte de que la interprofesional pueda ejercer un papel de lobi en la capital europea, Elena Cebrián destacó como ideas clave expuestas la necesidad de condiciones de reciprocidad en los acuerdos que se firmen desde la UE y la importancia de controles homogéneos y más intensos, cara a los riesgos fitosanitarios que pueden y, de hecho, lo hacen, introducir plagas.

Desde la Conselleria se indicó que repasaron en la reunión los condicionantes que pueden activar la cláusula de salvaguardia y se abordaron distintos efectos del acuerdo UE-Sudáfrica y otros sobre la citricultura valenciana. Añadieron que desde la Comisión se «explicaron» las dificultades de activar la protección y, al contrario que los agricultores, dijeron que se mostraron «receptivos» a estudiar la documentación.