Las ilusiones depositadas en las últimas semanas se han esfumado de repente. Los Estados Unidos mantienen la barrera arancelaria a diferentes productos agropecuarios españoles, lo que en la práctica supone que no habrá exportaciones de cítricos de Castellón por segunda campaña consecutiva. A menos que la administración Trump decida aflojar su postura actual y que, a la vez, haya tiempo suficiente a preparar toda la logística necesaria tras un año de parón.

Entre las opciones que manejaba la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos estaba elevar los aranceles del 25% actual al 100%. Algo que no se produjo, si bien el mantenimiento del porcentaje no supone ninguna buena noticia. En ambos casos resulta inviable exportar, puesto que el sobrecoste derivado impide vender de una forma competitiva.

Las reacciones contrarias de las organizaciones agrarias no se hicieron esperar. La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) reclamó al Gobierno español y a la Unión Europea que busquen una solución diplomática de manera urgente para acabar con el «abuso» de la administración Trump. El presidente de este colectivo, Cristóbal Aguado, «denunció que la «presión hacia nuestra agricultura sigue y no afloja lo más mínimo a pesar de tratarse de un problema que no tiene nada que ver con el campo. Los agricultores y ganaderos valencianos estamos pagando muy caro» un asunto ajeno al sector agrario.

Fuentes del Comité de Gestión de Cítricos lamentaron «la falta de información sobre las gestiones que el Gobierno español y la Unión Europea han hecho» para revertir la medida. Además, se mostraron «poco esperanzados» de que puedan retomarse las exportaciones, debido a todos los trámites que se tienen que desarrollar, tanto en materia burocrática como en los controles fitosanitarios. Las clementinas fletadas desde Castellón deben garantizar una serie de tratamientos que impidan la llegada de mosca de la fruta. «En las fechas que estamos, sería muy difícil retomar las ventas y renegociar», indicaron. Muchos procedimientos deben volver a empezar de nuevo, tras el parón del pasado año.

RECHAZO / Ante este panorama, los ministerios de Industria, Comercio y Turismo y de Agricultura, Pesca y Alimentación emitieron un comunicado conjunto, en el que expusieron su rechazo a «esta decisión» y mostraron su confianza en que se alcance «un acuerdo que revierta la actual dinámica en las relaciones comerciales entre ambos países, con intereses económicos mutuos». Por su parte, la consellera de Agricultura, Mireia Mollà, valoró que la no subida de los aranceles «podría ser bueno, si no estuviera enmarcado por lo ocurrido con la decisión de Trump» del pasado año.

Para la titular de este área en el Consell, «usar como moneda de cambio la agricultura» como respuesta a factores ajenos «es una mala forma de gestionar, por lo que pedimos al ministro y al Gobierno una interlocución».

VENTAS A LA BAJA / La mayor parte de exportaciones de cítricos de Castellón tienen como destino a Europa. Los Estados Unidos han descendido el volumen de ventas en los últimos tiempos, aunque seguía siendo considerado como un mercado estratégico. Las ventas del 2018 fueron por valor de 8,6 millones de euros, aunque a principios de siglo llegaron a los 57 millones.