Las nuevas bases para optar a las subvenciones por parte de las asociaciones vecinales significan “una condena” para las entidades con menos miembros al imposibilitarles organizar eventos como comidas o espectáculos. Es la denuncia efectuada por las tres federaciones vecinales mayoritarias, que van a proponer alternativas para modificar los puntos “injustos” impulsados desde la Concejalía de Participación Ciudadana que dirige Ali Brancal.

Una reivindicación que agrupa a la Federación Coordinadora de Entidades Vecinales de Castellón (Coasveca), la Federación de Entidades Ciudadanas y Consumidores y a la Federación Provincial de Asociaciones de Vecinos, coincidentes en señalar que dejar fuera de las ayudas conceptos como el alquiler de mesas y sillas, luces o equipos de sonido, entre otros, pone en peligro la actividad que desarrollan las asociaciones más pequeñas.

“Con las bases que ha propuesto Brancal no van a poder hacer nada, y destruirán a bastantes entidades. Así no se fomenta la participación”, indicó el presidente de Coasveca, Francisco Cabañero. Precisamente anoche mantenía una reunión la comisión permanente del Consejo de Participación Ciudadana, formado con cinco representantes vecinales, un miembro de cada grupo político y Brancal en la presidencia, en la que se trató este tema, entre otros asuntos. En la cita trasladaron a Brancal sus peticiones y esta se comprometió a estudiarlas. De no hacerlo, “asociaciones como El Saboner, la Dehesa o Penyeta Roja no podrán organizar actos”, manifestó Cabañero.

En la misma línea se manifiesta la presidenta de la Federación Provincial de Asociaciones de Vecinos, Vicky Amores: “No se entiende que haya una vara de medir para el movimiento vecinal y otra para otros colectivos como la tercera edad, que sí que tiene subvencionados este tipo de gastos”. Amores manifiesta su “confianza” en que desde el Ayuntamiento de la capital “se rectifique, por el bien de todos”.

Por su parte, el presidente de la Federación de Entidades Ciudadanas y Consumidores, Amalio Palacios, señala que estas bases demuestran “un modelo determinado de participación que perjudica a la parte más débil”. H