La tortuga Colomera, que soltaron la Fundación Azul Marino y Fundación Oceanogràfic el pasado día 25 en la playa de Bellver de Orpesa, después de haber sido capturada de forma fortuita por pescadores de Burriana y Benicarló, ya se encuentra cerca de las Islas Baleares, después de haber pasado por las Islas Columbretes con una velocidad media de 2,5 kilómetros por hora.

La tortuga (Caretta caretta), de 100 kilos de peso y que fue devuelta al mar por segunda vez, después de haber pasado un periodo de recuperación el ARCA del Mar del Oceanográfic tras su doble estancia en por las aguas castellonenses, va provista de un emisor de señales de satélite especial con posibilidad de transmitir durante 750 días, si las condiciones técnicas, oceanográficas o biológicas del animal no lo impiden.

Tanto el personal que ha cuidado de Colomera como los investigadores que han estado con el quelonio se han mostrado prudentemente satisfechos, ya que las señales, que ha comenzado a emitir y los datos que contienen, revelan un comportamiento aparentemente normal.

La velocidad que está manteniendo Colomera supone que el animal tuvo un proceso de reanimación positivo y que se ha adaptado perfectamente al mar, al igual que el sistema tecnológico instalado está funcionando regularmente, lo cual significa que han tenido un resultado exitoso tanto los esfuerzos humanos y económicos, que se han destinado a este programa.

Esta información que se está recogiendo, junto a otras, que se generan desde la Red de Varamientos de la Comunitat Valenciana y grupos de investigación locales, nacionales e internacionales, va aportando datos muy valiosos para la conservación de esta especie y del mundo marino.

Baleares: un destino habitual

Colomera entró al mar en la Playa de Bellver a las 12:30 del pasado jueves, día 25, y comenzó a nadar con gran vigor y en una dirección inequívoca. La primera señal llegó el día 26 alrededor de las Islas Columbretes. La tortuga mantuvo el mismo destino, si bien describió algunas variaciones sobre puntos concreto.

De acuerdo con las publicaciones que existen, las Islas Baleares, al igual que el Delta del Ebro, son una zona propicia para la tortuga boba tanto por sus condiciones oceanográficas como las posibilidades de alimentación que ofrecen.

El primer día tras la suelta la tortuga pasó muy próxima a las Islas Columbretes.