Distintos colectivos de psicólogos, colegios oficiales y otros organismos, en los más de tres meses de estado de alarma (sobre todo, durante el confinamiento), han ido alertado de la factura psicológica de los niños, incapaces de entender lo que sucede a su alrededor, de dejar de ir a la escuela o al parque... De forma más reciente, aconsejan que los más pequeños, poco a poco, vayan recuperando el nivel de contacto social que tenían antes de la pandemia con actividades como las colonias y campamentos de verano, en los que vuelven a tratar, a jugar y a relacionarse con los de su edad.

«Es importante que retomen poco a poco el contacto social con otros menores para establecer una cierta normalidad», aseguran desde el Col·legi Oficial de Psicologia de la Comunitat Valenciana. «Los padres necesitan que sus hijos socialicen y muchos niños también lo necesitan, porque en estos meses muchos han tenido retrocesos», reconoce Cristina Muñoz.

La asistencia a este tipo de actividades de ocio infantil y juvenil no solo trae beneficios a los más pequeños, sino también a sus progenitores, en aras de la conciliación entre familia y trabajo, sobre todo ahora que, tras la finalización del estado de alarma, muchos de ellos están retomando sus obligaciones laborales.