Hace cinco años, en plena crisis económica, si uno se quedaba en el paro y pensaba en montar un negocio una de las primeras opciones era abrir una tienda. Perfumerías, establecimientos de cigarrillos electrónicos, franquicias de ropa y complementos... el comercio era, junto a la hostelería, el salvavidas al que se agarraban decenas de desempleados. Y eso que las cajas registradoras andaban cuesta abajo. Hoy, en plena recuperación del consumo de las familias y pese al tímido avance de las ventas del sector minorista, el comercio pierde peso entre los emprendedores de Castellón. Y lo hace a gran velocidad.

Los datos que maneja el Ministerio de Empleo y Seguridad Social no dejan lugar para las dudas. En los últimos 12 meses, Castellón ha perdido nada menos que 257 autónomos del sector comercial, al pasar de los 10.911 profesionales en enero del 2017 a los 10.554 del primer mes de este año. Y la estadística de las últimas cuatro semanas tampoco es nada alentadora. Pese a la extensión de la tarifa plana de 50 euros, las bajas en el sector superan con mucho a las altas y el mes se ha saldado con 84 emprendedores menos. Además, casi el 70% de los trabajadores por cuenta ajena que ha perdido la provincia en el último mes pertenecen al sector del comercio.

El descenso del número de autónomos que se dedican al sector del comercio coincide con un momento en que las ventas del sector se recuperan, aunque en el último año lo han hecho de una manera mucho más discreta. Tras dos ejercicios consecutivos con crecimientos por encima del 5%, las tiendas de la Comunitat Valenciana cerraron el 2017 con un avance del 1,1%, según los cálculos del Instituto Nacional de Estadística (INE); una cifra por debajo de las previsiones del sector, pero también, incluso, una décima por debajo de la media nacional, que se situó en el 1,2%, un avance igualmente discreto.

Por formatos, todos los modos de distribución elevaron sus ventas en 2017 en el conjunto del país, salvo las pequeñas cadenas, que las recortaron un 0,8%. El mayor aumento anual de la facturación se lo anotaron las grandes cadenas (+3,1%), seguidas de las grandes superficies (+1,6%).

Un serio problema

El descenso de profesionales que se dedican al sector comercial no sorprende en nada a las principales organizaciones de autónomos. «El comercio minorista tiene un serio problema de supervivencia y no podemos continuar con la deriva que ha llevado al cierre de 50.000 comercios en España en el último año», argumenta Eduardo Abad, presidente de la Unión de Profesionales Autónomos (UPTA), que achaca el descenso «al dumping empresarial que el e-commerce está produciendo, lo que lleva a la ruina a miles de familias que durante generaciones han gestionado actividades comerciales», señala.