Los comerciantes no saben por dónde tirar ante una caída del consumo que no habían vivido hasta ahora. Un tercio menos de ventas en septiembre que hace un año, según estiman desde la asociación Castelló Espai Comercial. Con el frío y el cambio de estación esperan poder hacer algo de caja, pero el impacto del covid-19 ha hecho tanta mella que no cesan en planear alternativas. «No podemos bajar precios recién entrado el género. Pero sí podemos activar campañas conjuntas con la hostelería que nos beneficien a ambos sectores, con el apoyo de la Administración», apuntó la presidenta del colectivo, Charo Brocal. Las tiendas de Castelló ven necesario «poner bonito el centro de la capital» para incentivar que salga la gente. Ya lucen banderolas y vinilos de la campaña local Vive el otoño , «pero sería idóneo contar con una mayor iluminación».

Por su parte, la secretaria provincial de Covaco-Castellón Confecomerç, Tere Esteve, añadió que «urge incentivar el consumo y se hace necesario adoptar medidas en esa línea. Vienen meses decisivos, tras un verano complicado y un agosto negro marcado por una campaña de rebajas y turismo que ha hecho caer la facturación, en algunos casos, un 50% interanual». Respecto a las propuestas, Esteve explicó que ya han trasladado al conseller «que una buena opción puede ser impulsar los bonos comercio para favorecer las compras en el comercio de proximidad. Podría ser una iniciativa conjunta de ayuntamientos --algunos, lo tienen en estudio-- y de la Generalitat. Es clave para salvaguardar la viabilidad de miles de comercios que ahora mismo se encuentran en riesgo». «No obstante habría que plantear un paquete de medidas local, autonómico y estatal», agregó.

Por su parte, Brocal coincidió en que «el consumo ha caído; está fatal. Hay días que en las tiendas no entra ni una persona. Tras el confinamiento, entre junio y agosto, las compras estuvieron más animadas. Ahora, la gente sale a dar un paseo pero no lleva ni una bolsa». Y opinó que la merma de vida social por el covid-19 ha influido en la caída de ventas en el textil, sobre todo, «por el teletrabajo, caída de la hostelería por los aforos y limitación horaria, ocio nocturno cerrado, etc.».

Y en cuanto a si la llegada del frío puede reactivar ventas espera que sí, pero matizó que «este septiembres estamos vendiendo menos de la mitad que el año pasado, apenas una tercera parte». Cuatro tiendas de textil cerrarán; y también un restaurante. «Tenemos algunos asociados de la hostelería», indicó. Y es que ambos sectores se retroalimentan de clientes, por lo que los comerciantes ven necesario «dinamizar la ciudad, adecuar las calles y propiciar que los vecinos salgan». Consideran que las ayudas ofrecidas hasta ahora son insuficientes y ven necesario potenciar bonos para gastar en tiendas y restauración, «como una cerveza y regalo de tapa» o «vales descuento para gastar en las tiendas». «El comercio está muy disgustado. En Benicàssim, durante el verano, se ha cerrado al tráfico la calle Santo Tomás y se ha dado más espacio a las terrazas. Aquí, en Castelló, pese a todo el espacio en la plaza Santa Clara, no se amplía el aforo para las terrazas», señaló.

PÁRKING PENDIENTE

Los convenios con párkings son otro asunto pendiente, pues los clientes que llegan a la ciudad a comprar desde otras poblaciones se encuentran con este gasto extra. En ocasiones se han repartido vales subvencionados, «pero está todo pendiente». «Es más, ahora han quitado los bolardos y han puesto cámaras. Seguro que a quien acceda desde los pueblos y no lo sepa le fotografían y le multan», alertó. Con todo, los comerciantes tirarán para adelante y lanzarán «un premio de 3.000 euros en compras», dijo.