El jarro de agua fría que para el azulejo supone que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) haya decidido limitar mucho el recorte de los ingresos que las empresas gasistas obtienen por la distribución de la materia prima deja al sector cerámico completamente a merced de las fluctuaciones de los mercados del gas para tratar de obtener unos precios energéticos competitivos. En la actualidad, y tras varios años al alza, el valor del gas se modera.

La factura energética del sector azulejero, que asciende a unos 400 millones de euros anuales, se compone de dos elementos, uno referente al continente y otro al contenido. El primero son los peajes que la industria paga por que el gas llegue a sus plantas, cuyo valor decidirá la CNMC en los próximos meses. En este sentido, la decisión del regulador de mantener las sobrerretribuciones por la distribución no permite augurar nada bueno para el clúster de Castellón.

El segundo elemento es el propio valor de la materia prima, que oscila dependiendo de los picos de demanda o el precio del petróleo, entre otros factores. Después de dos años en los que se produjo un incremento continuo y en los que las compañías llegaron a cerrar contratos por valor de más de 20 euros por megavatio y hora (MWh), en los últimos meses ese coste se ha moderado y ha descendido hasta importes que se sitúan alrededor de los 15 MWh.

El director general de negocio de gas natural de Factor Energía, Raúl Fernández, explicó recientemente que el precio del gas ha ido a la baja, hasta el punto de que se han acordado precios que se sitúan «entre los 10 y los 12 MWh», y vaticinó que estos valores se pueden mantener un tiempo porque existe un repunte tanto de la oferta como de la demanda mundial. No obstante, el azulejo prefiere una bajada de peajes que permita planificar a largo plazo, pues sería para el periodo 2021-2026, y no depender así de vaivenes.