La comunidad rumana pierde peso en Castellón y se feminiza. La población alcanza este año los 40.697 habitantes. Son 16.432 menos que en el 2012, cuando llegó a su pico máximo. Además, las mujeres superan a los hombres en número (21.061 frente a 19.636), cuando hace cuatro años era al revés. De ellos 17.700 viven en la capital, donde ayer se celebró el Día Nacional de Rumanía.

Mónica Georgiana Tantu, la presidenta de la Unió Cultural Romanesa, achaca la disminución de población a que muchos rumanos que trabajaban en la construcción o los servicios han perdido su empleo y han regresado a su país, o bien se han marchado a otros estados de la Unión Europea, como Alemania o Francia, en busca de una colacación.

ELLAS SE QUEDAN // «La mujer y los niños se quedan y el padre manda dinero desde Alemania o Rumanía para mantener a sus familias en Castellón, ya que prácticamente son más de aquí que de allí». Y es que muchos rumanos llevan más de 15 años residiendo en la provincia y la mayoría de sus hijos han nacido en esta tierra. Tantu resalta que la comunidad rumana se siente parte integrante de la sociedad castellonense. «Siempre nos han acogido muy bien y nos sentimos partícipes de la vida social y cívica de Castellón», manifiesta.

«Muchos niños no hablan bien rumano y piensan en valenciano; de ahí el esfuerzo del gobierno rumano de dar en colegios e institutos clases de cultura y civilización rumana para que no se pierdan sus raíces», indica.

Desde el Observatorio Permanente de la Inmigración (OPI) de la UJI señalan que la falta de empleo y de oportunidades han provocado que muchas personas que se habían asentado en esta zona hayan marchado a otros lugares.

Para la OPI, la tendencia al incremento de mujeres frente al de los hombres está potenciado por el hecho de que la crisis ha destruido los empleos de los que suelen ocuparse los varones, mientras que el de las mujeres, que trabajan principalmente en la economía informal con el cuidado de personas o limpieza, se mantiene más estable a pesar de la coyuntura. Asimismo, «mucha población rumana vino a Castellón con la intención de hacerse con unos ahorros y volver a su país, donde la situación de empleo ha mejorado en los últimos tiempos, ya que hay empresas que se han ido allí a instalarse».

ÉXODO // Tantu advierte de la posibilidad de que muchos más rumanos regresen a su país, debido a que aquí no encuentran trabajo o está muy mal pagado, y muchos se plantean regresar.

Mientras, desde la UJI señalan que «en un futuro se podrá hablar de segundas y terceras generaciones de inmigrantes rumanos en la sociedad castellonense, pero es difícil prever si habrá un incremento del flujo migratorio de la población rumana, sobre todo si no se activan los empleos que solían copar», detallan.