La concatedral de Santa María de Castellón inició ayer las obras de remodelación de su fachada, unos trabajos que se alargarán durante tres meses y que tienen por objetivo revertir la “degradación” sufrida por la balaustrada del emblemático edificio.

De este modo, ayer se empezaron a instalar las vallas de protección y los andamios para llevar a cabo estas obras, en una actuación que se enmarca “dentro de las intervenciones necesarias para el mantenimiento y conservación de este patrimonio diocesano”, según explican desde el Obispado Segorbe-Castellón.

Y es que la balaustrada sufre un “severo proceso patológico” que ha afectado a una zona de la fachada principal construida en la década de los 50 del siglo pasado, consistente en la degradación sufrida por las piezas metálicas que ensamblan algunos de los elementos pétreos.

El coste de la intervención es de aproximadamente 130.000 euros y será asumido por las arcas Segorbe-Castellón dada su urgencia, “aunque con la esperanza de que se pueda contar con la ayuda de la feligresía y de cualquier institución pública”, manifiestan las mismas fuentes.

La intervención cuenta con la preceptiva licencia de obras municipal y la autorización de la Dirección General de Cultura y Patrimonio de la Generalitat, detallan desde el Obispado. Asimismo, aclaran que no afectarán a los actos religiosos, al ser una intervención externa. Hay que recordar que la reconstrucción de la concatedral de Santa María finalizó en el 2010, 71 años después de su inicio, en 1939.

más obras // Estos trabajos de remodelación coinciden con los de la iglesia de San Pedro, en el Grao de Castellón, que comenzaron en julio y que finalizarán en octubre o noviembre. El objetivo es acometer la reforma del techo, ya que se quieren corregir los defectos derivados del paso del tiempo y de la baja calidad de los materiales utilizados en su construcción. La iglesia permanecerá cerrada, aunque se ha habilitado otro espacio de la parroquia para celebrar los ritos religiosos. H