La reciente muerte de dos ciclistas arrollados por sendos vehículos en el término municipal de Castellón y la elevada siniestralidad que viene acompañando a las dos ruedas, tanto en las vías urbanas como interurbanas de la provincia, han elevado la voz de los clubes deportivos, usuarios de bicicletas, automovilistas y educadores, que urgen medidas de choque y que sean más contundentes para acabar con esta sangría, que no ha parado de crecer en los últimos cinco años.

Dar más visibilidad al ciclista

--a través de luces y elementos reflectantes--, adaptar las carreteras con la mejora, ampliación y construcción de arcenes en las vías secundarias o poner en marcha potentes campañas que sirvan para concienciar sobre este problema, aglutinan las reivindicaciones de estos colectivos, que esperan un mayor compromiso a cargo de las diferentes Administraciones.

Desde Automovilistas Europeos Asociados, su presidente, Mario Arnaldo, explica que, independientemente de las circunstancias penales o punitivas que pudieran llevar estas muertes, la realidad es que «hay un problema que se debe solucionar». Así, entiende que la visibilidad del ciclista es clave y «es un aspecto que hay que mejorar mucho tanto de noche como de día».

NO SE CONOCEN LAS NORMAS // De otro lado, Arnaldo ve palpable un desconocimiento de las normas de Tráfico y las ordenanzas municipales que, cree, «se puede corregir con campañas informativas» que sirvan, «por ejemplo, para que los ciclistas sepan por dónde pueden circular y los conductores, que deben guardar la distancia de seguridad».

El presidente del club ciclista Grup 2 Rodes de Castelló, Miguel Marmaneu, por su parte, remarcó que ellos «se juegan la vida» cada vez que salen a la carretera. «Aquí siempre pierde el ciclista»; de ahí que pida una mayor concienciación de los conductores y se solucione una situación que hoy ve «descontrolada».

Desde la Asociación Provincial de Autoescuelas, su presidente, Antonio Pertegaz, apeló a la formación vial como indispensable para corregir esta situación, de ahí que avanzara una ambiciosa campaña en colegios y ayuntamientos para reducir la alta siniestralidad de los ciclistas.