El envejecimiento de la población se ha colado en el podio de los grandes problemas que afectan a la provincia de Castellón, junto con las elevadas tasas de paro --donde hoy manda la precarización-- y los altos índices de exclusión social, por encima del 20% de la población. Es la radiografía que hace el Consejo Económico y Social (CES) de la Comunitat Valenciana en su memoria anual correspondiente al 2015, que fue presentada ayer por su presidente, Rafael Cerdá.

El máximo responsable del órgano consultivo subrayó que este mapa social es el contrapunto a los excepcionales datos macroeconómicos que hablan del fuerte incremento del producto interior bruto (PIB) --por encima de la media nacional--, el auge de las contrataciones laborales y un superávit comercial en el ámbito de la internacionalización que jamás se había conocido antes. “Vendemos ya un 20% más de lo que compramos en el exterior y esto es importante”, indicó el responsable del órgano consultivo.

PIRÁMIDE ‘INVERTIDA’ // El presidente del CES de la Comunitat, que en la presentación estuvo rodeado por sus dos vicepresidentes, Juan José Ortega, por parte de UGT-PV, y Rafael Montero, de la Confederación de Empresarios (CEC), llamó a tomar medidas urgentes que corrijan una pirámide de población que, “si no lo solucionamos ya, pondrá en riesgo los futuros servicios públicos”, advirtió Cerdá, quien explicó que, “hoy, por cada 104 mayores de 64 años hay solo 100 menores de 16, y eso es insostenible y lo será más en lo sucesivo si no se pone remedio”, enfatizó ante un nutrido grupo de diputados autonómicos de diferentes partidos políticos, representantes empresariales y dirigentes sindicales que se dieron cita al acto de presentación de la memoria en Castellón.

Como solución, el máximo responsable del Consejo da pistas encaminadas a potenciar la política de conciliación familiar, nuevas regulaciones en los horarios de trabajo, comerciales, facilitar a las madres o a los padres el cuidado de los hijos, fomentar las guarderías “y todas aquellas medidas que alienten la maternidad para que la concepción no sea una traba, sino todo lo contrario, además de que se fomente con medidas fiscales específicas”.

De otro lado, la memoria recoge la necesidad de frenar los movimientos migratorios negativos en la provincia. En Castellón 10.215 personas se fueron durante el pasado año, 958 más que en 2014, lo que representa un incremento de casi un 10%. “Todo repercute negativamente, por lo que hay que dar oportunidades y facilidades para que la población crezca”, dijo Rafael Cerdá. H