La Conselleria de Cultura ha lanzado esta semana una línea de subvenciones para la catalogación de bienes inmuebles de piedra en seco, así como para promover la recuperación, mantenimiento, conservación y protección de este tipo de arquitectura en la Comunitat. Al igual que con el resto de bienes protegidos, la Generalitat pretende que todos los municipios de la Comunitat incorporen a sus inventarios culturales estos bienes patrimoniales.

Hasta el momento solo están catalogadas las construcciones del Baix Maestrat y Els Ports integradas en la mancomunidad de la Taula del Sénia, ente que ordenó todas las que se encuentran en su demarcación. Al margen, Vilafranca ha llevado a cabo un proyecto para inventariar la piedra en seco dentro de su término. El municipio es, además, un punto importante en la difusión de estas construcciones, con su Museu de la Pedra en Sec, abierto desde el 2006, donde pueden conocerse las herramientas, los diferentes modelos constructivos y su tipología a partir de un recorrido por paneles, maquetas, recreaciones y audiovisuales, y, además la edición de un vocabulario específico sobre este tipo de técnicas.

Fani Barreda es una de las personas que trabajó en la elaboración del catálogo de la Taula del Sénia, estudiando 15 municipios de Castellón que componen esta mancomunidad y otros tres aragoneses. La base de datos contiene una geolocalización de las casetas, medidas, y mapas, e incluye más de un millar de estas construcciones, la mayoría en la provincia. Según señala, el informe se elaboró «hace una década, cuando el estado de conservación de algunas casetas era bueno». Sin embargo, dice que «de un tiempo a esta parte, algunas se han deteriorado». Y agrega que, en el caso de Vinaròs, se guió con «un libro editado con anterioridad y comprobó que algunas de las edificaciones --las había incluso de cuatro metros de alto-- ya no estaban o se habían echado a perder en la conversión de los terrenos de secano a citrícolas».

A su juicio, habría que apostar por la conservación de este tipo de elementos. «La finalidad sería que se protegieran, igual que se ha hecho con las oliveras y se está consiguiendo, para que, aunque fuera a nivel privado, no se pudieran destruir», indica. Y es que, dice, «son un atractivo turístico y una parte de nuestra historia».

Recientemente, la Mancomunidad de la Taula del Sénia realizó unas jornadas de patrimonio europeo que pusieron en valor estos elementos arquitectónicos e incluyeron rutas por los pueblos que la forman con visitas a algunas de las construcciones.

EL PATRIMONIO

Según el inventario de la Conselleria, en Morella hay 119 casetas y cinco pozos de piedra en seco; en Rossell 107 y 7, respectivamente; 97 edificaciones en Vinaròs; en Sant Jordi 77 construcciones y dos pozos; y en Traiguera 73 y 3. También hay en la Jana, 54 y tres; en Sant Rafael, con 40 y 3; en Cervera, sumando 34 y 3, además de en Càlig (16 y 2); Vallibona (3 y 7); y Herbés, con una caseta, una fuente y dos pozos. También se prospectaron los términos de Benicarló, la Pobla de Benifassà, Benicarló, Castell de Cabres y Canet lo Roig.