No son meses de alegrías para la agricultura de Castellón. No lo son para una citricultura que vive su peor crisis en 25 años debido a la creciente competencia de terceros países y cuya campaña también se vio empañada por fenómenos naturales como la gota fría de octubre. Pero tampoco para los productores de cereales o de aceite, que sin paños calientes califican de «catastrófica» su temporada. Ante esta situación, una medida que habitualmente se utiliza en casos muy concretos, como que la Generalitat pida al Gobierno rebajas del IRPF, se generaliza y podría beneficiar este año a varios productos.

La Conselleria de Agricultura se reunió ayer con las organizaciones agrarias para ultimar un informe sobre el impacto que los daños meteorológicos han causado en las cosechas valencianas para solicitar a través del Ministerio de Agricultura una rebaja en los módulos del IRPF de los productores afectados. No obstante, y gota fría aparte, para los citricultores de toda la Comunitat se solicitará un descuento del 30% en los índices de rendimiento neto, los llamados módulos. En paralelo, se estudiará municipio por municipio para ampliar estas ventajas fiscales hasta el 100% en las zonas más perjudicadas por las lluvias, que afectaron a Castellón pero que se cebaron especialmente con Valencia.

En el encuentro, que presidió el secretario autonómico de Agricultura, Francisco Rodríguez Mulero y al que asistieron miembros de AVA-Asaja, la Unió, COAG-CV, UPA-PV y la Federación de Cooperativas Agroalimentarias también sirvió para analizar las campañas de cereales u olivas, que presentaron producciones por debajo de lo habitual debido sobre todo a la sequía. La producción de aceite cayó un 70% en Castellón con respecto a la de la temporada anterior, y ese mismo porcentaje de los módulos es el que la Generalitat pedirá descontar al Ejecutivo central. En el caso del grano (cebada, trigo y avena), las rebajas solicitadas serán del 30%.

INFORME COMPLETO // El informe ha sido elaborado a partir de los datos recopilados durante todo el año por las oficinas comarcales y las direcciones territoriales agrarias de la Conselleria, así como por los informes y tasaciones de Agroseguro, la información de la Agencia Estatal de Metereología (Aemet) y de la SIAR de la Comunitat Valenciana y la información aportada por los sindicatos y las cooperativas.