La actual crisis de los cítricos tiene prácticamente tantas causas como actores existen en el sector. Los precios, la competencia exterior, las plagas, la dificultad para abrir nuevos mercados. En esa lista también suele aparecer el minifundismo, que para algunos dificulta la profesionalización. Aunque no todos las organizaciones agrarias tienen la misma opinión sobre esta cuestión, el Consell sí apuesta por una concentración y por ello aprobó la ley de Estructuras Agrarias, que vio la luz este año y comenzará a desarrollarse en los próximos meses.

El objetivo, aún siendo a medio plazo, es ambicioso y pasa por que en diez años «entre el 30% y el 40% de la superficie citrícola de la Comunitat esté reordenada en explotaciones más grandes, con capacidad de planificar la producción y el reparto de variedades». Así lo manifestó el secretario autonómico de Agricultura, Francisco Rodríguez Mulero, en declaraciones a este diario. Teniendo en cuenta que, según las últimas estadísticas autonómicas, en Castellón existen 35.062 hectáreas de cítricos, el reto es que en el 2030, una cifra que se situaría entre las 10.500 y 15.000 hectáreas estén concentradas.

Para lograrlo, Mulero explicó que la Conselleria de Agricultura publicará antes de acabar el 2019 una primera orden de gestión de «ayudas para iniciativas de agricultura en común», que permitirá la unificación parcelaria. Aunque lo más sencillo será que las cooperativas sean los actores que piloten este proceso, el secretario autonómico aseguró que también podrán beneficiarse empresas creadas ex profeso por grupos de agricultores que decidan juntar sus fincas.

CALENDARIZACIÓN // En la actualidad, el departamento de Agricultura trabaja en una calendarización de un proceso que, tal y como explicó Mulero, «no será de un día para otro» y «está sujeto a la voluntad de los agricultores».