La Casa dels Caragols de Castelló acogió ayer una jornada técnica sobre citricultura, organizada por el Colegio Oficial de Ingenieros Agrícolas, en la que trataron el futuro del sector y las claves para lograr superar la crisis que sufre. Y uno de las soluciones propuestas, concretamente desde el Instituto el Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) --órgano dependiente de la Conselleria de Agricultura-- es eliminar la mitad de la producción de clemenules que genera la provincia en favor de otras variedades.

Vicente Tejedo, jefe de sección de Citricultura del IVIA y ponente en la jornada, considera que pese a que la clemenules es «la mejor variedad que existe en el mundo», hay un exceso de producción a día de hoy que no puede ser asumido por el mercado.

demasiada oferta // «Tenemos unas 500.000 toneladas para comercializar entre noviembre y diciembre -este año la producción ha llegado incluso a 700.000- y hay que conseguir bajarla a 250.000 o 300.000, porque si no no hay quien venda tanto producto», manifestó Tejedo. «Existe un exceso de oferta y la demanda es la que hay. Si hay menos presencia de la fruta, los precios serán mejores», puntualizó.

Para compensar una hipotética caída de hasta un 50% de la producción, se impondría una reconversión varietal que posibilitaría «alargar la campaña». En este sentido, Tejedo explicó a los asistentes que el IVIA trabaja en variedades «irradiadas» que se recolectarían entre enero y abril y «triploides precoces» que se comenzarían a distribuir en octubre. «Las crisis son una oportunidad. En Valencia era todo navelina y ahora tienen más variedades», indicó el experto.

oportunidad // El encargado de inaugurar el ciclo de charlas fue el secretario autonómico de la Conselleria de Agricultura, Francisco Rodríguez Mulero, quien calificó la celebración de esta jornada como «muy oportuna» ante la crisis que atraviesa el sector.

Asimismo, apoyó la tesis expresada desde el IVIA, «ya que se basa en criterios técnicos y científicos», de reducir el porcentaje de clemenules, que en Castellón significa el 80% del total de la producción. «Hay que adaptarse al mercado porque abrir otros nuevos resulta complicado. Si hacemos cosas que no se consumen, parece lógico que se imponga otra planificación», detalló. «Resulta que 20 años después, hemos descubierto que tenemos competidores», finalizó.