El centro de acogida de menores Penyeta Roja de Castellón está viviendo un ambiente de «incertidumbre» ante la falta de acciones, por parte de la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas, para aclarar el futuro de este centro, a pesar de que en primavera se anunció su cierre a corto plazo por falta de niños en las instalaciones. Una situación que se debió al programa de familias de acogida, donde se prima este tipo de atención. Este centro depende directamente del Gobierno autonómico, aunque es la Diputación de Castellón la que lo está sustentando a nivel financiero.

Desde el departamento de Mònica Oltra han explicado que la Conselleria y la Diputación de Castellón «acordaron la creación una mesa de coordinación en aquellas cuestiones donde existen competencias compartidas, situación en la que se encuentra el centro de Penyeta Roja». De todos modos, aún no se ha puesto en marcha este organismo.

REUNIÓN

«La Conselleria remitió una carta a la Diputación haciendo un planteamiento de constitución de la misma y la corporación provincial hizo una propuesta a finales del mes de julio y, ahora, el siguiente paso será fijar una fecha para la primera reunión», según indicaron a este respecto desde la propia Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas.

Por su parte, la diputada de Acción Social, Elena Vicente Ruiz, ha afirmado que tiene prevista una reunión la próxima semana con responsables de la Conselleria para tratar este asunto. «Nosotros no podemos decidir si se cierra ya o no, además todavía viene algún niño de cero a seis años, al ser un centro de emergencia, pero se va al día siguiente», apuntó la diputada, al tiempo que remarcó que deben saber cuanto antes cuál será el futuro de las instalaciones cara a la elaboración de los presupuestos provinciales del próximo año.

A falta de que Conselleria confirme el número de menores tutelados de 6 a 18 años que viven en Penyeta Roja en estos momentos, antes del verano eran solo una decena. Los planes pasaban por lograr que estos niños fueran con una familia de acogida o fueran trasladados a otras instalaciones, como Verge del Lledó o Plana Alta, ambos situados también en la capital de la Plana.

TRABAJADORES

«Hay que decidir qué se va a hacer, porque los trabajadores me piden explicaciones, hay nerviosismo», remarcó la diputada, quien mostró sus dudas sobre la creación de una comisión de trabajado al considerar que este asunto debe resolverse con más celeridad. Hay unos 25 empleados, que dependen de la Diputación, aunque ahora quieren pasar a formar parte de la plantilla de Conselleria.