A las empresas de trabajo temporal (ETT) de Castellón les ocurre lo mismo que a la economía. Marchan al ralentí. Parece que empiezan a oler el fin de la expansión y se preparan para el aterrizaje de la actividad. Las empresas ya no demandan tantos candidatos, lo que unido a la falta de perfiles adecuados para cubrir puestos en la hostelería, la industria, la naranja o la construcción, está provocando un derrumbe en el número de contrataciones. Y lo peor es que este 2020 no será mucho mejor. Calma chicha.

En el 2019 se rompió en Castellón la tendencia alcista en número de contratos firmados. Solo se suscribieron 226.555, un 4,7% menos que el año anterior, lo que marcó un récord histórico negativo, segun datos del Ministerio de Trabajo. A las ETT también les fue mucho peor. Hasta noviembre, gestionaron 35.126 acuerdos laborales en la provincia, con lo que todo apunta que cerrarán el año con poco más de 42.000. Se trata de la cifra más baja de los últimos 5 años, lejos de las casi 53.000 contrataciones realizadas en 2016 y que representaron más del 20% de acuerdos suscritos.

Alejandro Costanzo, director del gabinete técnico de Asempleo, la patronal de las agencias privadas de colocación y que agrupa a empresas como Randstad, Adecco, Manpower, Eulen Flexiplan o Iman, asegura que el balance en Castellón es mucho más pesimista que en el conjunto nacional, donde se han firmado 4,3 millones de contratos a través de ETT, un 3% más. «En Castellón, el resultado es peor, con un resultado negativo del 12% y parece que la provincia está amortiguando peor que otras el efecto del menor crecimiento», dice.

LA CULPA LA tiene la NARANJA // A la caída de la contratación a través de las ETT ha contribuido, y no poco, la campaña citrícola. La merma de producción, de hasta un 30% en Castellón, ha acabado afectando directamente a collidors y trabajadores de almacén, y los sindicatos estiman que se ha traducido en 30 millones de euros menos en jornales. A menos naranjas, menos demanda de trabajadores y eso ha acabado pasando factura a las ETT. Un solo dato basta para entenderlo: en octubre del 2019, cuando se realizan buena parte de las contrataciones para la temporada citrícola, las agencias de trabajo temporal firmaron un 30% menos de contrataciones que en el mismo mes del año anterior. «Con la excepción de algunos meses de verano, el resto del año el descenso ha sido superior al 10%», sentencia el director técnico.

Las empresas y cooperativas citrícolas no han necesitado tantos trabajadores como en años anteriores, pero hay otro motivo que explica por qué la contratación a través de las ETT se enfría en Castellón. «Hay un problema clarísimo de falta de candidatos y, lejos de solucionarse, vemos que cada vez va a más», señala Costanzo. Y las principales agencias de colocación de la provincia apuntan en la misma dirección. «Pese a lo corta que ha sido la temporada citrícola, en otoño tuvimos dificultades para encontrar collidors. Como también hubo problemas en verano para reclutar camareros y cocineros con los que atender a los miles de turistas que llegaron a la costa provincial», coinciden en varias ETT consultadas.

Las agencias de colocación no encuentran determinados perfiles y eso les está obligando a buscarlos fuera de la provincia. Solo durante el primer trimestre del 2019, casi 10.300 contratos de trabajo firmados en Castellón tuvieron como protagonista a un profesional trasladado desde otra provincia, la cifra más alta desde el 2007 y, además, supone un aumento del 40% respecto a los contratos registrados en 2011.

Pero, ¿qué tipo de profesionales atrae el mercado laboral de Castellón? Según el SEPE, la agricultura se lleva la palma y entre enero y marzo se contrataron a 5.074 de otras provincias. El otro revulsivo para la movilidad laboral es la hostelería, muy vinculada al turismo, que en ese periodo empleó a más de 1.300 profesionales de fuera.