La segunda ola de la pandemia parece estar dando ya los primeros signos de relajación. El número de contagios detectados a diario está dando un respiro —ayer fueron 1.427 nuevos positivos, lejos de los dos millares de otros días— e incluso la cifra de hospitalizaciones se está contrayendo día a día pero las buenas noticias tardarán más en llegar a las unidades de cuidados intensivos. En las UCI valencianas la presión por la covid se mantiene alta, tanto que los pacientes infectados por coronavirus ocupan el 31 % de las camas instaladas y de las que se pueden ampliar en total gracias a los planes de contingencia que ya han tenido que poner en marcha en varios hospitales valencianos.

De hecho, las unidades de críticos valencianas están entre las más tensionadas de toda España —son las séptimas en este ranking— con un porcentaje de pacientes covid que se mantiene por encima de la media española.

Así al menos se extrae de la lectura comparativa entre regiones que a diario hace el Ministerio de Sanidad y que ayer, para la Comunitat Valenciana apreciaba un total de pacientes covid ingresados en UCI de 317, 26 por encima de la notificación oficial de la Conselleria de Sanidad por la diferencia de horas de notificación y que situaba a 23 pacientes graves en Castelló, 104 en Alicante y 164 en las UCI de la provincia de Valencia.

Capacidad de las UCI

Siguiendo la comparativa estatal, en la C. Valenciana se están ocupando el 31,54 % de toda la capacidad total de UCI, más de dos puntos por encima de la media española e incluso por delante de comunidades en las que, en principio, la segunda ola ha sido más comprometedora como en la comunidad de Madrid donde la presión covid en la UCI es ahora del 28,84 %.

El vaivén de datos por las diferentes horas de notificación pueden cambiar algo las cifras pero lo cierto es que la proporción de pacientes graves con respecto al total de hospitalizados está aumentando en los últimos días. Ayer, eran 291 en UCI del total de 1.435 personas hospitalizadas, un 20,27 %, uno de cada cinco, por encima incluso de la proporción de pacientes graves con respecto al resto de hospitalizados que se dio a principios de abril, en lo más alto de la primera ola.

El motivo es que ahora, en la segunda ola, se detecta antes a los pacientes que van a necesitar hospitalización y el mejor conocimiento de la enfermedad hace que el tiempo medio de los ingresos hospitalarios se haya acortado: los enfermos covid están ahora menos tiempo en el hospital. En las UCI también se está notando, según los expertos intensivistas consultados por este diario, esta reducción en los días que los pacientes necesitan cuidados críticos pero, aún así, una vez se ocupa una cama en UCI, su «liberación» siempre se demora por más tiempo.

Con todo, la presión se está viviendo de diferente manera según los hospitales. Hay unidades de críticos como las de Orihuela, Sagunt, Elda o Vinaròs que ya han tenido que derivar a pacientes graves al estar por encima del 110 % de su capacidad mientras en otros se está aguantando con las ampliaciones prevista en otras zonas como las de reanimación o incluso ocupando quirófanos. El problema, según apuntan profesionales es que en esta segunda ola, además de una alta presión por pacientes covid-19 (en la primera ola, el máximo de pacientes críticos ingresados al mismo tiempo fue de 386) es que no hay un confinamiento domiciliario de la población, lo que redujo en su día urgencias críticas como, por ejemplo, las derivadas de accidentes de tráfico, y ahora están llegando a las UCI pacientes graves de otras patologías «con cierta normalidad» que no había durante la primera ola.

Esta curva de presión en UCI terminará bajando, aunque tarde más, sobre todo mientras sigan cayendo las cifras de nuevos contagios y de hospitalizaciones. Ayer, había 1.435 pacientes covid-19 ingresados, un 13,6 % menos de los que había a principios de la semana pasada, 1.661. En este mismo periodo, sin embargo, la cifra de pacientes graves ha aumentado: de 283 a 291.

25 muertes más

La curva que según todos los expertos en Salud Pública tardará más en reducirse es la de fallecidos por el coronavirus. La Conselleria de Sanidad notificó ayer otros 25 fallecimientos, con lo que la lista oficial de víctimas de la pandemia se eleva a 2.290 personas: 316 en la provincia de Castelló, 818 en la de Alicante y 1.156 en la de Valencia.

Este mes de noviembre está siendo, de hecho, uno de los más negros en este cómputo de muertes: hasta ayer habían fallecido en noviembre por culpa del coronavirus 466 valencianos, el 20 % del total de las muertes registradas desde marzo.

Por otra parte, Sanidad notificó ayer la detección de otros 45 brotes, todos de menos de 10 personas. De hecho, el más numeroso es uno detectado en Foios en el ámbito educativo con ocho personas relacionadas. Como viene siendo habitual, la gran mayoría son en el ámbito social.

Un problema legal amenaza con romper los equipos de Salud Pública

Los trabajadores contratados de forma extraordinaria para reforzar los equipos de Salud Pública que hacen el rastreo de los contagios de la pandemia podrían quedarse sin su puesto a finales de mes pese a que desde la Administración se anunció que el total de los cerca de 7.000 contratos extra covid se ampliarían hasta mayo.

Así lo denuncian tanto personal afectado como sindicatos, y todo por un problema legal que impide realizar otra prórroga de estos contratos al tratarse de personal funcionario y no estatutario como el resto de profesionales de sanidad.

En realidad, se trata de una pequeña parte del total de las contrataciones «puede que medio centenar» del total de 7.000 refuerzos covid pero «aunque pocos en número son muy importantes porque son profesionales muy entrenados en el rastreo de la pandemia a estas alturas y si se rompe su continuidad, el trabajo de estos equipos se podría ver afectado», comentaba ayer la secretaria de la Federación de Sanidad de CC OO; Rosa Atiénzar que asegura que han pedido aplicar una «excepcionalidad a la norma» como se ha hecho con otras leyes.

Las plazas se mantendrían creadas pero los profesionales que ahora las ocupan perderían su puesto y podrían ser después «recontratados o puede que no con la pérdida de especialización que supondría ahora».

Desde Sanidad defendieron que las plazas se van a mantener y que la intención era volver a hacer los contratos afectados, cuya cifra rebajaron a una veintena, y que de hecho se estaba intentando buscar «una salida», conscientes de la especialización de este personal.