Los castellonenses se preparan para vivir la Semana Santa más atípica de sus vidas, tanto para aquellos que habitualmente disfrutaban de los días festivos en la calle o realizando viajes de ocio como para los que viven de un turismo que utiliza la Pascua como rampa de salida de la temporada alta de la campaña.

La irrupción del coronavirus en la vida de la provincia ha sacudido un modelo de vida, ruptura que se hace más evidente en fechas tan señaladas como estas. Destinos de playa y montaña o segundas residencias, principalmente en núcleos costeros, se quedarán vacíos en esta Semana Santa marcada por la pandemia del covid-19 y un estado de alarma que obliga a los ciudadanos a permanecer en sus hogares.

Los tradicionales actos religiosos característicos de estas fiestas se han visto obligados a reinventarse o, en el peor de los casos —como las solemnes procesiones—, a suspenderse. Los castellonenses no quieren renunciar a todo. Las típicas monas de Pascua seguirán haciendo las delicias de los más pequeños, ya sea acudiendo a la panadería o aprovechando el servicio de entrega puesto en marcha por algunos negocios. Eso sí, viajar solo por las autopistas de internet.

  1. MONAS A DOMICILIO Y CASERAS ENDULZAN LAS VACACIONESLas monas son los productos gastronómicos que más se asocian a la Semana Santa. Pese al estado de alarma, los hogares de la provincia no se quedarán sin este dulce manjar, aunque la visita a la panadería o pastelería deja un mayor protagonismo al reparto a domicilio.Varios negocios han optado por este servicio. «La gente no sale, o cuando lo hace aprovecha para hacer una compra grande que dure varios días», dice Ángel Miravete, gerente de Cátering Vicente Miravete, que ha puesto en marcha hasta el próximo lunes una red de reparto de monas en la capital de la Plana y alrededores. «Llegan pedidos hasta de Torreblanca», añade.La otra cara de la moneda la encontramos en la Vilavella, donde Ximo Badenes (foto superior) este año no abrirá su panadería el Viernes Santo, como era costumbre para que los clientes recogieran las monas encargadas. «El volumen de negocio ha bajado un 50% con la crisis del covid-19», explica Ximo, que sí ha visto cómo ha subido la «venta de levadura».Yo me lo guiso...«La gente opta por hacer las monas en casa». Para cocinillas portales como pequerecetas.com o canales de YouTube como Las recetas de MJ son una buena ayuda. En La Jana, el ayuntamiento se encargará de que cada niño del pueblo tengan su mona.
  2. PLAYAS DESIERTAS Y 'VIAJES' Y CULTURA SIN ROMPER LA CUARENTENANi turistas que entran ni turistas que salen. La actividad hostelera en todo el país está paralizada y la provincia de Castellón, famosa por su oferta de sol, playa y montaña, volverá a ver cómo se cierra, esta vez totalmente, una Semana Santa que está considerada como la puerta de entrada de la temporada para el sector turístico.La pasada, la del 2019, ya estuvo marcada por un temporal que arruinó reservas y mermó los ingresos de las empresas. En esta ocasión, no habrá siquiera posibilidad de acercarse a los destinos turísticos, tras la ampliación del estado de alarma. A ello se suma que muchas localidades trabajaban en las últimas semanas a contrarreloj para disminuir los efectos del temporal Gloria.Segundas residenciasLa consellera de Sanidad, Ana Barceló, exige a los turistas que se abstengan de desplazarse a sus segundas residencias en la Comunitat. Aún está presente el hecho de que algunos madrileños, tras detectarse el brote, decidieran trasladarse a localidades como Benicàssim u Orpesa a pasar la cuarentena.Si la puerta de entrada está cerrada, también la de salida. Para viajeros empedernidos, Google es una buena opción: Earth para visitar países sin salir de casa y Arts&Culture para entrar a los museos más famosos del mundo.
  3. TAMBORADAS EN TERRAZAS Y BALCONES Y MISAS 'ON LINE'Cofradías y asociaciones ligadas a la Semana Santa castellonense están viviendo momentos duros, con un confinamiento que ha paralizado actividades en las que estaban trabajando prácticamente desde hace un año. Salvo procesiones, un buen número de actos podrá hacerse realidad, aunque de forma individual o utilizando las nuevas tecnologías para llegar a las casas.Así, Tambors de Passió, en Almassora, mantendrá la tamborada del Viernes Santo (a medianoche), aunque será la plataforma de Facebook la encargada de enviar la señal a los espectadores. «Un total de 20 cámaras de dispositivos móviles serán las encargadas de captar lo que sucederá durante 10 minutos en balcones y terrazas de la localidad», explica el presidente de la asociación, Damián Aguilella, que el año pasado tuvo al olímpico Saúl Craviotto (foto inferior) como invitado.La fórmula de sacar los instrumentos a los balcones ya se utilizó el pasado domingo en Vila-real, donde la Agrupación Cultural Bombos y Tambores repetirá hoy y el viernes (20.30). La Rompida de la Hora de l’Alcora también utilizará este escenario el viernes.Cámaras en la iglesiaEn Benicàssim, las misas de mañana (19.00) y pasado (22.00) se podrán ver en el canal de YouTube y el Facebook del párroco de Santo Tomás.