Una cortina de agua atravesó ayer la provincia, dejando precipitaciones en todas las comarcas, en algunos casos con carácter violento, con hasta 60 litros por metro cuadrado en pocas horas. Xert fue la localidad que más precipitación registró (61,8 litros, según Avamet), seguida por Benafigos, con 52,6, según la Confederación Hidrográfica del Júcar. En Morella se superaron los 40 litros, aunque en la mayoría de los casos las lluvias rondaron los 20 litros por metro cuadrado, como sucedió en Castellón capital, Vila-real, Vinaròs o Benicarló.

A pesar de esto, la concentración en pocos minutos provocó algunos problemas de circulación, como en la CV-20 a Onda o en el interior de las ciudades. Incluso hubo algún corte de luz, como en la parroquia de Sant Bertomeu, en Nules, donde un rayo alteró la misa de un entierro a pesar del pararrayos con que cuenta la iglesia. Y es que el aparato eléctrico provocó varios sustos. Un rayo partió dos árboles en la plaza Sierra de Gredos, en Castellón, y otro incendió un ciprés en Nules. Asimismo, uno más causó un pequeño incendio en la Pobla Tornesa, que la propia lluvia se encargó de extinguir, como certificaron los bomberos.

Pero, en general, las precipitaciones fueron bien recibidas, sobre todo en el campo. No en vano, la zona del Maestrat se encuentra en situación de alerta por la sequía y los 24 litros del embalse de Ulldecona ayudarán a paliar la imagen patética que presenta. Para hoy, la Agencia Estatal de Meteorología prevé episodios tormentosos en la provincia, sobre todo por la tarde y en el interior sur, que está en alerta. A partir de la tarde del miércoles comenzarán a remitir las lluvias.