La incidencia acumulada de la sequía y de las tormentas de granizo que han salpicado las comarcas del interior de la provincia de Castellón, provocará un descenso global que alcanzará un 30% en al cosecha de uva, según las primeras estimaciones de la Asociación Valenciana de Agricultures (AVA-Asaja), y a tenor de los primeros días de vendimia en los viñedos que están dando una idea más que aproximada de la importante escasez que habrá en la cosecha.

AVA-Asaja atribuye esta merma generalizada a la sequía acumulada en los últimso cinco años y, aunque en menor medida, en los intensos capítulos de pedrisco que han ocurrido este verano.

«Hemos visto que las cepas llegaban a esta vendimia muy débiles y agotadas por la falta de agua, sin apenas reservas». «Las lluvias de estos meses han sido insuficientes, de manera que muchas yemas no han conseguido dar fruto y todo lo que pudiera llover en estas próximas semanas podría ayudar a mejorar la producción y a recuperar potencial», resalta el presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado.

Las previsiones de cosecha en el conjunto del país y de Europa tampoco son favorables, con importantes disminuciones en la producción del sector vitivinícola.