Tal vez por la hora, las 16.30 horas de un primer y caluroso sábado del verano, pero la exsecretaria general del PP y aspirante a suceder a Mariano Rajoy, Mª Dolores de Cospedal, apenas reunió ayer a unos 70 afiliados castellonenses en el acto de campaña que celebró en el Casino Antiguo de la capital, menos de la mitad que los 150 que respaldaron la víspera a otro candidato que pidió el voto en la ciudad, Pablo Casado.

Cospedal remarcó en su intervención que los siete aspirantes, de los que dos son mujeres, ella misma y Soraya Sáez de Santamaría, están «compitiendo entre compañeros», e insistió en que no deben «abrir brechas ni crear tensiones». En este sentido añadió que del congreso del 21 de julio tienen que «salir a ganar, con el cuchillo entre los dientes, como un solo hombre o una sola mujer» cara a las elecciones municipales y autonómicas de la próxima primavera, y defendió que ella tiene la «pasión» necesaria para lograr este objetivo.

Su «fuerza» para defender la unidad de España y a Castellón de la conquista del catalanismo, de cuyos avances alertó en repetidas ocasiones, fue otro de los argumentos que esgrimió para pedir el voto a los populares.

Acompañaron a Cospedal la presidenta local y anfitriona, Begoña Carrasco, y el presidente del PPCS, Miguel Barrachina. Este último presentó a la candidata como una «súper mujer», del «partido de las mujeres que nunca han necesitado de cuotas». Además de la presencia de José Ramón García, otro aspirante que hizo campaña por la mañana en Benicàssim, y de los cargos Elena Vicente-Ruiz y Vicent Sales, asistieron veteranos del partido como José Luis Gimeno, Marisol Linares, Mayra Barrieras, José Ramón Calpe, Juan José Pérez Macián y Miguel Ángel Mulet.