Pertenecen a uno de los colectivos de trabajadores más desprotegidos y la crisis del covid está estrangulando todavía más sus derechos y sus ingresos. Las empleadas de hogar de Castellón (más del 90% son mujeres y, la mayoría, inmigrantes) se sienten abandonadas. Solo unas pocas se han podido beneficiar de las ayudas del Gobierno en forma de subsidio para paliar los efectos de la crisis. Muchas han perdido sus empleos y, sin derecho al paro, esperan la ayuda del Ingreso Mínimo Vital (IMV). Y mientras, los trabajos en negro se han disparado en un sector caracterizado por un alto porcentaje de economía sumergida.

La crisis les está pasando factura y eso se nota en el número de trabajadoras que cotizan. En diciembre del 2019 la cifra de afiliadas a la Seguridad Social era de 3.810 en Castellón. Un año después eran 3.690, el dato más bajo de la última década. O lo que es lo mismo: en un año 120 se han quedado en el paro, rompiendo de esta manera una tendencia alcista que se había iniciado en 2015. «La situación por la que pasa el colectivo es muy mala. Algunas han sido despedidas y otras han pasado a trabajar en la economía sumergida. Antes del covid ya eran el eslabón más débil y esta crisis lo que ha hecho es precarizarlas todavía más», resume Isabel Medina, secretaria general de la Federación de Construcción y Servicios de CCOO de Castellón, que reclama un plan que de visibilidad y dignifique este sector.

Si en la primera y segunda ola del covid las trabajadoras del hogar ya fueron tratadas como profesionales de segunda, en esta tercera las cosas no han cambiado en nada. Durante el confinamiento, algunas fueron despedidas y en la desescalada no todas recuperaron su empleo. «Hace un año limpiaba en seis casas y dos oficias. Ahora solo voy a cuatro y en las dos empresas me han reducido el horario», cuenta Mihaela, una trabajadora que se dedica a este sector desde hace casi veinte años.

Trabajadoras de segunda

Más allá del subsidio que lanzó el Gobierno en verano para ayudar al colectivo y del que, a nivel nacional, tan solo se han gastado el 18% de los fondos destinados, las trabajadoras del hogar reclaman que se mejoren sus condiciones laborales. «Es una reivindicación historia. Es urgente que sus derechos se equiparen al del resto de trabajadores y ahora el Gobierno ha ampliado otros dos años más el plazo para que pasen a ser incluidas en el Régimen General», recuerda Medina, que insiste en que «los trabajadores que menos ruido hacen siempre se quedan atrás»

Lo que piden todas las trabajadoras que se encargan de limpiar casa o cuidar de ancianos y niños es algo tan sencillo como equipararse en derechos al resto de trabajadores. El colectivo reivindica que se ratifique el Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para pasar a estar incluidas en el régimen general de la Seguridad Social y tener los mismo derechos que el resto de los trabajadores: paro, baja por enfermedad, así como la eliminación del régimen de interna.

Para poder formar parte del régimen general, las trabajadoras del hogar van a tener que esperar un poco más. El Gobierno acaba de ampliar hasta el 2023 el periodo transitorio para el sistema especial (por el que cotizan las 380.500 profesionales que trabajan de manera legal en España). Este sistema se creó en el año 2012 y debería haberse equiparado plenamente el 1 de enero del 2019, un plazo que se prorrogó inicialmente hasta el 2023 y luego se acortó a 2021 para volver a ampliarse de nuevo ahora.