La campaña citrícola que está a punto de finalizar pasará a la historia como una de las más agrias de las últimas décadas. Los precios que han recibido los agricultores son irrisorios y más de 200.000 de toneladas de fruta se han quedado en el árbol. Y la culpa de todos los males la ha tenido una conjunción de factores: una campaña abundante; los dos temporales que azotaron el Mediterráneo en octubre y noviembre, impidiendo que parte de la cosecha alcanzara el calibre que exige el mercado europeo, el principal consumidor de las naranjas de Castellón; y sobre todo la entrada masiva de productos de terceros países. La consecuencia es de sobra conocida y, según cálculos de la Unió de Llauradors, los productores de Castellón han perdido más de 67 millones de euros.

La crisis citrícola ha hundido la renta de los pequeños productores de municipios como Vila-real, Nules o Vinaròs y se ha dejado notar también en el empleo. Los sindicatos ya han hecho números y estiman que, solo en salarios, en los últimos tres meses se han perdido 23 millones de euros.

Los collidors han sido, sin duda, uno de los colectivos más afectados. En una campaña normal el sector da empleo en la provincia a unos 12.000 trabajadores que recolectan fruta durante un periodo de tiempo que oscila entre 80 y 90 días, aunque en los días centrales la cifra puede subir hasta los 16.000. «Esta temporada se ha quedado entre un 20 y un 30% de fruta en el árbol y eso, lógicamente, ha recortado los días de trabajo y ha provocado que cada collidor pierda entre 15 y 20 jornales, a una media de 64,48 euros diarios», apunta Ramón Serra, secretario del sector hortofrutícola de UGT en Castellón. Y todo eso significa que, solo en jornales, los trabajadores de la provincia han dejado de ingresar 15,4 millones de euros, es decir, casi 1.300 por collidor.

TRANSPORTE Y HOSTELERÍA // Pero ahí no están todos los números. A esos algo más de 15 millones hay que añadir el dinero que han dejado de percibir otros profesionales como las triadoras-encajadoras (la mayoría, mujeres), los conductores de carretillas o los capaceadores. En total, otros 9.000 trabajadores que acumulan pérdidas globales de más de 8 millones. ¿La conclusión? Más de 23 millones de pérdidas solo en salarios. Y eso sin contar el perjuicio que ha causado la campaña en el transporte o la hostelería. Los números rojos se acumulan y todo en una campaña en la que sindicatos y patronal han logrado llegar a un acuerdo que regula las condiciones laborales de los collidors, con un aumento de sueldo de un 1% anual hasta el 2021, y un 2% más para quienes trabajan a destajo. Además, 2021 el personal fijo deberá ser el 70%.