La crisis de precios y competencia exterior en la que se ha instalado la citricultura ha ahondado en la división que ya hace años que existe entre quienes viven del campo y aquellos cuya fuente principal de ingresos y su jornada laboral está en otro sector. Los llamados agricultores de fin de semana pueden decidir abandonar sus fincas si la situación no mejora, pero para quien vive de la tierra esto no es una opción. O debería ser la última. Este contexto explica el renovado interés que despiertan entre los profesionales del sector primario las variedades protegidas o sujetas a royalties, tanto las de nueva creación como las ya consolidadas.

Un ejemplo de que la investigación en nuevas clementinas no se detiene es la aparición de las Spring Sunshine, propiedad de la misma empresa que las Orri y que está considerada la más tardía existente en el mercado, pues en España se recolecta entre abril y mayo. Según la empresa propietaria, The Enforcement Organization (TEO), en un año en Castellón ya hay unas 125 hectáreas plantadas y la previsión es que habrá licencias a la venta hasta final del ejercicio, cuando se prevé la creación de un comité de productores «para su defensa y control».

Leanri es otro de los nombres que suenan con fuerza entre quienes buscan una alternativa rentable de cultivo. El Club de Variedades Vegetales Protegidas (CVVP), que la gestiona junto a otra de las mandarinas estrella de entre las que están sujetas a royalties (la Nadorcott), destaca que fue presentada en la última edición de Fruit Logistica con una gran respuesta por parte de agricultores y comercios, también los de Castellón.

REVENTA DE LICENCIAS

Junto a las novedades, fuentes del sector también evidencian que existe un mercado activo de compraventa de licencias de las tres variedades más consolidadas y que mejores precios han dado en años recientes (Orri, Tango y Nadorcott), ya que los comités que las gestionan no venden más árboles para evitar una caída de precios, pues este es precisamente su gran atractivo para los profesionales del sector. En plataformas digitales y en las web de las organizaciones agrarias se pueden encontrar anuncios de adquisición de parcelas o derechos de estas variedades protegidas ubicadas tanto en Castellón como en Valencia.

Las firmas que gestionan estas tres clementinas (TEO, el CVVP y Eurosemillas en el caso de Tango) confían que los precios de sus variedades remonten en la campaña que arrancará en apenas mes y medio y vuelvan a situarse en un rango que oscila entre los 0,80 céntimos y el euro. Y es que en la temporada anterior se llegaron a comercializar a 0,55 euros/kg, un precio insuficiente para rentabilizar la elevada inversión inicial que requiere una finca de estas variedades y uno de los motivos de que haya agricultores que opten por vender sus derechos.

DIFERENCIACIÓN

El gerente de Orri Running Committe, Guillermo Soler, explicó que este interés de los citricultores por las variedades protegidas también se explica por la necesidad de «ganar competitividad», y aseguró que la «mejor manera de hacerlo» es «diferenciarse» a través de las mandarinas premium. «El mercado de los cítricos está viviendo un momento de convulsión, en gran medida por la irrupción de producciones crecientes de terceros países con costes menores, por lo que diferenciarse es clave para mantener la rentabilidad», afirmó.