El Teléfono de la Esperanza sigue atendido estos días llamadas a pesar del confinamiento, la mayoría relacionadas con la problemática del coronavirus. «Son sobre todo de demanda de información, de orientación en situaciones de soledad, conflicto familiar, pero sobre todo, miedo, mucho miedo, a sufrir las consecuencias de una pérdida de salud, pérdida de un ser querido etc», explica Eustaquio Barreda, coordinador de este servicio, que señala que las llamadas han aumentado un 20%. «A las personas que tienen problemas de ansiedad estos factores externos estresantes les suelen potenciar los síntomas», expresa.

Todo el equipo de voluntarios (orientadores y psicólogos) «seguimos a la escucha de cuantas personas lo necesiten, en esta cuestión crucial para todos».

Lo hacen atendiendo las llamadas desde sus propios domicilios. El 13 de marzo tuvieron que cerrar la sede de Castelló dado que la mayoría de ellos son personas jubiladas o bien s de riesgo. Las llamadas eran desviadas, inicialmente, a otras sedes, pero ahora ya subsanado el problema técnico que tenían al haber instalado otros equipos telefónicos pueden atenderlas desde sus hogares.

Además, siguen desarrollando la iniciativa Atendiendo a la Soledad, dirigida a quienes viven solos. «Debido a la situación que vivimos se les llama con más frecuencia», dice. También invitan a los que deseen adherirse a contactar en el 964-227-093.

NUEVO SERVICIO // Además, dado que el jueves se desarrolló el Día de la Escucha se ha puesto en marcha un servicio de orientación e intervención profesional por teléfono atendido por psicólogos sanitarios, psiquiatras y médicos colegiados, para dar respuesta a la crisis sanitaria generada por el covid-19. «Trabajaremos en equipo a nivel nacional, señala. Para acceder, el usuario hace una petición a través del portal www.compartevida.es, acepta las condiciones del servicio y de protección de datos y deja un teléfono de contacto. En menos de 48 horas un profesional sanitario le contactará y tendrá una consulta telefónica manteniendo el anonimato. La iniciativa se mantendrá mientras dure el confinamiento.

Además, la oenegé sigue necesitando voluntarios, que reciben una formación crecimiento personal y técnica sobre saber escuchar y ayudar. De hecho uno de los cursos se suspendió por esta situación. También colaboran licenciados en psicología, jóvenes que han terminado la carrera o jubilados que quieren ayudar.

CONSEJOS: EVITAR DISCUSIONES Y SOBREEXPOSICIÓN INFORMATIVA

Entre los consejos de los expertos a la hora de afrontar esta situación, Eustaquio Barrera, coordinador del Teléfono de la Esperanza, señala que hay que evitar la sobreinformación, dado que puede alterar nuestro estado de ánimo.

Controlar y analizar los pensamientos es otra estrategia sugerida: «Evitar los catastrofistas, y sobre todo someterlos a crítica. Nuestra mente es muy poderosa y sin cuestionar la veracidad de lo que pensamos, le damos credibilidad. Estos pensamientos distorsionados originan nuestras emociones negativas», concluye.

También insta a «darnos permiso para expresar lo que sentimos»: «Necesitamos verbalizar o expresar de alguna manera nuestro estado de ánimo, dar salida a emociones como: tristeza, rabia, desesperanza, frustración, aburrimiento, miedo».

También invita a ser creativo, y organizarse el día, haciendo actividades que nos proporcionen satisfacción: ejercicio físico en casa, aficiones que podamos desarrollar, aprender algo nuevo online, cocinar cosas nuevas etc.

Asimismo, aconseja evitar la confrontación y ayudar a crear un clima de bienestar con quienes que convivimos. «En momentos de discusiones, es mejor retirarse de la situación si hay mucha tensión», resume.

Además, recomienda estar en conexión con otras personas por vía telefónica y otros medios digitales, fomentar el diálogo, y compartir experiencias».

Y sobre todo, tener presente que «todo pasará». «Es una situación adversa, y dolorosa para muchas familias, pero pasará. Es necesario que la vivamos con esperanza, y con la confianza en nosotros de que sabremos vivirla». «Hay hechos que no podemos cambian, pero sí depende de nosotros el cómo los vivamos. Y ahora se nos presenta un reto. Elijamos vivirlo con serenidad y esperanza, poniendo todos nuestros esfuerzos en acción», refleja.