Más venezolanos que nunca en la provincia de Castellón por la crisis que vive el país. Así, la cifra de empadronados de esta nacionalidad es la más elevada de la última década. Además, el número va a ir a más, ya que en el último año se han disparado las solicitudes de protección internacional de venezolanos.

Así, según datos del padrón municipal de habitantes, en 2018 hay 656 venezolanos inscritos en las comarcas castellonenses, la cifra más alta desde 1998. Entonces había únicamente 58. Solo en el último año se han incorporado 173 (ver cuadro adjunto).

CRISIS // El agravamiento de la situación del país ha propiciado, además, una escalada en la cifra de personas que demandan protección internacional en la provincia de Castellón. En concreto, prácticamente la mitad de las solicitudes recibidas en lo que va de año (60 de 137) es de personas de este país suramericano. Más venezolanos que sirios, que solo han activado una, según los datos del Gobierno central.

«Se ha producido un incremento en la llegada de venezolanos de forma progresiva. Primero llegaron los más jóvenes. Padres enviaban a sus hijos, que tenían doble nacionalidad de España o algún país miembro de la UE, a estudiar a la Península. Posteriormente, se incrementaron las entradas. Ya no eran solo los hijos, sino también las madres. Ahora es todo el mundo», apunta Yuruani Meza, presidenta de la asociación Casa de los Pueblos, quien explicó que «nuestro país atraviesa una crisis humanitaria originada por la situación política».

Meza indicó que además de la reagrupación familiar o por motivos de estudios, en los últimos tiempos se han impulsado las peticiones de asilo o de protección internacional. «El Consulado en Caracas está desbordado», manifestó. Y es que «muchos piden protección internacional por motivos humanitarios, ya no solo políticos». «Hay mucha gente que está muriendo por falta de medicinas. Gente con enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión, etc., están en riesgo. No hay manera de enviarles fármacos», señaló Meza. Además, la responsable de la asociación aseveró que «hay muchos problemas porque los alimentos son muy costosos. El sueldo mínimo es de ocho o diez euros y con esto puedes comprar un kilo de pollo o carne como mucho». «Venezuela siempre ha sido un país receptor de inmigrantes. Está acostumbrado a ser abierto al diferente. Ahora, hay una guerra silenciosa. Entiendan nuestra situación. Podemos incorporarnos al tejido productivo y social. Colaboren, como nosotros los recibimos a ustedes», concluyó.

Hay que recordar que como consecuencia de la guerra civil muchos españoles emigraron a Venezuela. Algunos se establecieron allí y otros regresaron a España. La cifra de empadronados venezolanos en la provincia se duplica si se suman los nacidos en el país suramericano pero con nacionalidad española. Entonces son 1.287. Más información en página 41.