La historia se repite y, además, lo hace con el mismo mensaje que hace poco más de un mes: Púdrete Franco. La cruz del parque Ribalta de Castellón amaneció ayer con una nueva pintada, la quinta en el último año, y la tercera en apenas mes y medio. «Respetamos a quienes no están a favor de la cruz, pero consideramos que este nuevo acto vandálico no es la forma más adecuada de manifestarlo», asegura Javier Torres, presidente de la plataforma contra el derribo de la cruz del Ribalta, que nada más tener noticias de la existencia de la pintada dio aviso a la brigada municipal de limpieza. Además de condenar esta nueva pintada, Torres denuncia que «los ataques a esta símbolo religioso son amparados implícitamente por el bipartito al no condenar ninguno de los cinco ataques que ha sufrido».

Desde principios del mes de febrero, la cruz ha sido objeto de tres pintadas. Además, el 18 de noviembre del 2017 apareció otra con el lema Fora símbols feixistes, el mismo mensaje que el pasado julio, pero acompañado del símbolo de la hoz y el martillo.