El pleno de Castellón aprobó desestimar, en base a un informe jurídico, una alegación de la Federación de Asociaciones Ciudadanas, Consumidores y Usuarios de Castellón y dio luz verde definitiva al expediente de modificación de crédito que permitirá firmar un préstamo de unos 6 millones de euros para comprar la parte privada del antiguo cuartel de Tetuán XIV. El punto salió adelante con los votos a favor del equipo de gobierno -PSPV y Compromís- y la abstención del resto -CSeM, PP y Cs-.

Una votación peculiar, sobre todo de Castelló en Moviment, que permite así que se avance en la adquisición del antiguo acuartelamiento que desbloqueará el centro de día para los enfermos de alzhéimer, después de que en el pleno de junio, cuando se abordó la misma modificación de crédito, dio la espalda a su socio del Pacte del Grau y votó en contra, forzando la alianza del bipartito con el PP para sacar adelante la operación.

El concejal Iñaki Vallejo justificó la abstención de su grupo «porque votamos en contra de la modificación de crédito, ya que consideramos que la vivienda social era más prioritaria, pero reconocemos la ingeniosa idea de pedir un préstamo». Un préstamo que incluye cláusulas sociales para el banco como viviendas de alquiler social o no hacer desahucios; puntos que podrían explicar el viraje de CSeM.

El portavoz adjunto del PP, Juan José Pérez Macián, criticó que «la licitación de la operación de préstamo se inició antes de que terminara el plazo de alegaciones». El concejal delegado de Gestión Municipal, Antonio Lorenzo, dijo que la alegación vecinal «tiene plena legitimidad, pero no se ajusta a las causas por las que se podría estimar».

REC // En términos económicos, también se aprobaron reconocimientos de crédito por un valor aproximado de 1,8 millones de euros, que volvieron a ser motivo de acusaciones de mala gestión, en especial, entre PP y equipo de gobierno. En pleno debate, Pérez Macián apuntó a «llamadas de socorro de algunos miembros para abandonar el barco de la señora Marco», a lo que esta replicó: «El barco no tiene ataduras, pero tampoco tricornios buscando facturas de corrupción».