Es testigo privilegiada de los principales acontecimientos que se suceden en Nules. Mª Luisa Cascales, propietaria del kiosko de la plaza Mayor, sigue al frente de su negocio desde que se decretara el estado de alarma asumiendo el «servicio público» que considera que está prestando.

En punto de venta está distribuyendo más periódicos --aunque han dejado de hacer su habitual entrega diaria a domicilio-- porque la gente no solo encuentra en la prensa y las revistas un medio de mantenerse informados, también un desahogo para su encierro. En especial, según comenta a Mediterráneo, para la gente más mayor que, lejos de lo que pudiera parecer a veces, «no está saliendo a la calle», asegura.

Aunque haya quien todavía pueda ponerlo en duda, Mª Luisa está convencida de que la información es un producto de primera necesidad «en especial para ciertas personas». Y es que algunos de sus clientes habituales, los de compra diaria del periódico, no están yendo a por su ejemplar, «pero vienen sus hijos». Hay quien le comenta «es que mi padre necesita leer la prensa», le dicen, porque esta tarea les ofrece una ocupación muy valiosa.

«Estoy muy concienciada de mi trabajo», afirma. Y por ello toma las máximas medidas de prevención, por ella y por sus clientes, la práctica totalidad de los cuales «me respetan mucho» y atienden a sus indicaciones manteniendo, por ejemplo, una distancia de seguridad adicional.

POCA CONVERSACIÓN / Tanto por su ubicación estratégica como por el tipo de negocio que regenta, hasta el pasado 15 de marzo las conversaciones eran lo habitual. Charlas cordiales que ahora se han acabado. «La gente se para lo mínimo, compra lo que necesita y se va». Incluso hay personas que pasan por delante y la saludan de lejos, ni se acercan, «la mayoría están muy concienciados», explica esta kioskera.

Especial mención merece, desde su particular posición, la atención que le están prestando las fuerzas del orden. «Todos los días, la Guardia Civil se acerca y me pregunta si todo va bien», por lo que está muy agradecida.

Pero lo más significativo para una mujer que vive en uno de los puntos de concentración infantil más importantes de la localidad, es la ausencia total de menores. «En una semana no he visto a un solo niño», lo que incide en la idea de que los vecinos de Nules, en su práctica mayoría, tienen clara cuál es su misión en esta crisis, quedarse a casa.

Si le preguntas a Mª Luisa si ella preferiría estar allí con su familia, no duda en reconocer la importancia de su labor: llevar la información a la gente.