Cualquier departamento informativo de medios como prensa, radio y televisión, suele tener a mano los rasgos más significados de cualquier deportista cuya intervención tiene o ha tenido cierto eco en la sociedad en la que se mueve. La noticia es que hace varias semanas, el 17 de septiembre concretamente, falleció en Castellón José Luis Linares, cuyas exequias fúnebres se celebraron en la parroquia de Santa Joaquina de Vedruna, asiento de las Hermanas Carmelitas en la ciudad.

No he consultado los datos oficiales del periódico, tengo que valerme de mis propias vivencias, personales o familiares.

LOS AÑOS. En aquella década de los años 70, dos de mis hijos, Salva y Ángel, jugaron a fútbol, uno como delantero y el otro como portero, tanto en Castellón como en algunas localidades de la provincia. Y el primer nombre de entrenador que me viene a la memoria es el de Pepe Palatsí. Lo de Ángel, en infantiles y juveniles duró menos. Fue portero infantil del Roda, pasó luego a serlo de los más jóvenes del C.D. Castellón y acabó por vestirse de portero juvenil también en el Madrigal, con los amarillos. Salva comenzó en el Bovalar con los juveniles, pasó después al Benicasim, cuyas primeras plantillas estaban entrenadas por Luis Serrano, y de allí ya se incorporó al Oropesa, en Regional Preferente, que entrenaba y dirigía Manolo Trilles.

Tanto uno como el otro de mis dos hijos citados, fueron ambos en su tiempo buenos alumnos de bachillerato en el Instituto Ribalta. Todo se desarrollaba con naturalidad cuando Salva pasó al San Pedro, del Grao, y, finalmente, al Villarreal, cuyo primer equipo estaba entonces en Tercera División. Primero se vistió de juvenil con Palatsí y los Linares y Goterris. Y después pasó al primer equipo con Cela de entrenador, también Pepe Rey y Causanilles. Disfrutamos la familia mucho de ello, ya que allí tuvo como compañeros a Forment, Manolo Clares, Corrales, Chochi González, Guiral, Edu, Soler y otros. Salva jugaba de extremo o delantero centro y tenía cierta facilidad para marcar goles de cabeza. Recuerdo que tanto José Luis Linares como su hermano Esteban, intervinieron en varias ocasiones como entrenadores. Don Luis Linares, el padre, y yo mismo formábamos parte del coro de padres que aplaudían a los chicos. En realidad, yo me tomaba tan en serio aquello que, además de ser socio de tribuna central en Castalia, el C.D. Castellón durante muchísimos años, tuve que intervenir en algunas ocasiones como locutor desde los micrófonos oficiales del campo, en el Madrigal, con invitación del presidente entonces, Pascual Font de Mora, que me nombró relaciones públicas del club. Font de Mora vivía con intensidad las dos presidencias. La de la Azulejera La Plana y la del Villarreal Club de Fúbol.

EL PADRE. En el amplio mundillo del fútbol por dentro, hay una figura que es el ‘padre del futbolista’, el que va no solamente a todos los partidos, sino también a los entrenamientos y el que sugiere que su hijo debe jugar todos los partidos. Y como titular indiscutible, siempre.

Recuerdo que José Luis Linares ya sabía mucho de ello, ya que su auténtica ocupación de cada día estaba en las oficinas del Instituto Nacional de la Seguridad Social, el INSS, en la plaza de Borrull entonces. Se jubiló como tal a los 65 años, cuando ya estuvo un tiempo ejerciendo como jefe de sección, como responsable de un determinado departamento.

Al contar la vida de José Luis, hay que recordar que nació en la población madrileña de San Martín de Valdeiglesias, el 21 de febrero de 1946, hijo de Luis Linares y Soledad Rodríguez. Fue el hermano de Marisol, Esteban y Paco. En la misma ciudad contrajo matrimonio con Francisca Blázquez Ramos y fueron padres de Mónica, Sandra y Sara, que a su vez se casaron, Mónica con José Quirante, Sandra con Michel Weiser y Sara con Óscar Zayas. Pero José Luis, ya había sido alumno aquí en Castellón de las Escuelas Pías, donde igualmente efectuó la preparación para ganar unas oposiciones al INSS. Incluso le dio tiempo para hacer el Magisterio y de completar su vida con su carrera de maestro de escuela, funcionario del Estado y apasionado del balón.

Como futbolista, jugó en el Trinidad infantil, Castellón juvenil, con partidos en 1964 en el primer equipo, con tan buen resultado que le permitió jugar una temporada, la de 1964-65, con el Real Madrid aficionados. Pasó después al Conquense en el 65-66, Cartagena en la 66-67 y a continuación en el Villarreal C.F., donde ya tuvo acceso al puesto de entrenador, después de pasar las prácticas en varios equipos como el Nules, Benicarló, Alcanar y San Carlos de la Rápita, donde ya se retiró como futbolista desde la Rapitenca, en Tarragona.